Influyentes Cantabria

Proyecto MKB. El probador digital 3D nacido en Cantabria

Si eres comprador online habitual de productos de moda, seguramente hayas vivido la situación de recibir un producto que no es exactamente como te lo imaginabas de talla, color, material, etc.. No sólo no has recibido el producto que esperabas sino que una vez comprado, lo tienes que devolver y esperar a que te manden uno nuevo, con la incertidumbre de si este por fin encajará, o no, con tus expectativas. Esta incertidumbre, es el problema fundamental que resuelve la idea de negocio que a continuación se va a exponer. Uno de los puntos fuertes del proyecto del que nos habla hoy Enrique Ibáñez Molina, ‘MKB’, es que intenta resolver un problema empresarial existente ante una necesidad real y que representa la mayor parte de los gastos de muchas empresas del sector de la moda a nivel internacional: las devoluciones de prendas.

Según el estudio realizado por la EAE Business School en 2019, en el sector de compra de moda online, más del 30% de las compras se convierten en devoluciones.

El pasado 27 de Mayo, tuvimos el placer de asistir, de forma presencial, a la entrega de premios de la 8ª edición del concurso Startinnova que organiza anualmente El Diario Montañés con el objetivo de trasladar las ideas de negocio que surjan de Institutos  de toda Cantabria, al mundo empresarial. En la edición 2019/2020, el equipo del que formé parte, fue galardonado como primer premio en la categoría ‘FP Grado Superior’ de Cantabria’. Debido a la pandemia nos han hecho entrega del premio en esta edición. El equipo lo formamos cinco alumnos de Marketing y Publicidad del I.E.S. Las Llamas; Pablo, Clara, Saray, Alba y yo, Enrique. 

Se nos ocurrió trasladar el servicio de probador digital que ofrecen las pantallas 3D que se pueden encontrar en algunas tiendas de moda, a una aplicación móvil a la que todo el mundo pueda tener acceso y no sólo a través de un establecimiento físico como es en el caso de las pantallas. Decidimos llamar que el nombre de la marca fuera ‘MKB’ como resultado de un juego de palabras. ‘’¿Me cabe?’’

Debido a que a todos los miembros del equipo nos entusiasmó la idea, conseguimos, en cuestión de 7 días, concretar el funcionamiento y propósito general del servicio. La idea general del proyecto es la siguiente. La aplicación móvil solo necesitaría de algunas medidas corporales (busto, cadera, cintura…) del usuario para crear un modelo 3D completamente personalizado. El usuario utilizará esta representación digital (3D), de sí mismo, como su maniquí personal. A través de la aplicación móvil, el usuario podrá acceder a los productos de cualquier marca relacionada con el mundo de la moda y los complementos, con la peculiaridad de que estos se mostrarán también en formato 3D digital. El objetivo fundamental del proyecto es centralizar la compra online de productos de moda y accesorios en un centro comercial digital que ofrece la experiencia de compra online más fiable y realista (como resultado estético de la prenda) de todo el mercado. 

A través de la aplicación, el usuario podrá probar combinaciones de productos de diferentes marcas en su maniquí y conocer, con gran precisión, su estética visual gracias a la mágnifica calidad gráfica que se puede conseguir hoy en día con la tecnología disponible en la técnica de modelado 3D. Está al alcance de cualquier persona que disponga de un ordenador y de conexión a internet. 

La aplicación tendrá integradas animaciones y diferentes iluminaciones disponibles para utilizar sobre el maniquí con el fin de ayudar al usuario a conocer con precisión la forma y los materiales de los que está hecho la prenda o el accesorio. A su vez, el usuario tendrá la posibilidad de acceder a un mapa de presión que revela las zonas de su maniquí en las que la prenda presenta mayor o menor tensión. De esta manera, el usuario podrá identificar cuál es la talla más adecuada para sus medidas. 

Actualmente, existen empresas que cubren parcialmente esta necesidad ofreciendo un servicio en formato 2D. Estas empresas comunican que gracias a sus servicios reducen en un 10% la cantidad de devoluciones. En el equipo estamos convencidos de que este servicio acabará formando parte de nuestra vida cotidiana, antes o después. No solo estamos convencidos nosotros como equipo, sino que también están de acuerdo la mayoría de personas con las que compartimos la idea. Unos meses más tarde, tras haber finalizado el proyecto, El Corte Inglés mostró interés por la idea y tuvimos el privilegio de compartirla con el equipo directivo. 

Creo conveniente añadir que ha tenido mucho que ver con el éxito de nuestro proyecto que seamos un grupo de amigos antes que un grupo de trabajo. La confianza entre nosotros nos ha ayudado mucho a limar con precisión las ideas que teníamos acerca del proyecto, siendo sinceros los unos con los otros sobre si una idea se puede definir mejor o si simplemente hay que desecharla. Al mismo tiempo hemos aprendido a respetarnos cuando alguien quiere exponer una idea, a escuchar de verdad, a reconocer cuando igual es uno mismo el que está equivocado, a reconocer el trabajo individual de todos los miembros del grupo, a animar a esa persona que igual no está tan entusiasmada con la idea del proyecto, en definitiva, a ser mejores personas 

 

 

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