Antes de ser director del Grupo Bárymont, Javier Montaraz, desarrolló una carrera internacional en el mundo financiero y asegurador. Hoy gestiona una empresa que, a través del Análisis de Necesidades Financieras (ANF), diseña el itinerario que permite a una persona o familia acumular dinero suficiente como para cumplir el sueño de vivir de las rentas. Pocas personas conocen mejor la importancia de la Educación Financiera como Transformador de la Sociedad. Hoy, en Influyentes, lo que hay En la Mente del CEO que más sabe de educación financiera.
Mi abuelo fue maquinista de tren toda su vida…Recuerdo siendo un “mico” ir a verle con mi madre a la estación de FEVE de Maliaño. Se apeaba del tren, me daba una bolsa de castañas o unas aceitunas y continuaba con su trayecto. Se jubiló a los 65 y disfrutó 20 años de una muy buena pensión.
Esta podría ser la historia laboral de cualquiera de nuestros padres/abuelos, pero para nosotros y para las futuras generaciones no lo es. Nos tocará cambiar de profesión varias veces en nuestra vida, tendremos que prepararnos y formarnos para profesiones que aún no existen y deberemos aprender nuevas tecnologías, reinventarnos y hacer del cambio nuestro aliado. Tampoco dejaremos de trabajar a una edad temprana, y nos costará que la pensión pública colme de “júbilo” nuestra vida más allá del retiro laboral.
Las victorias que la humanidad ha ido logrando en la constante lucha por una mayor longevidad, nos han brindado a los españoles casi 50 años más de esperanza de vida que la que tenía el padre de mi abuelo. Y la tendencia durante los próximos años, pandemias mediante, seguirá siendo la de vivir más, pero…¿mejor?
La respuesta depende de nuestra preparación para los nuevos retos que esta forma de vida nos plantea: hijos que se independizan a los 30 años, decenios de vida sustentados por un mínimo ingreso público, o contingencias inesperadas como la que estamos viviendo en este 2020-21. Dice el dicho que “nadie planifica fracasar, se fracasa por no planificar”. En términos económicos es realmente cierto.
Pero ¿cómo abordar esta aparente complicada empresa sin las herramientas adecuadas? ¡Difícil!
Aquí es donde el papel de la Educación Financiera cobra sentido. Ojo, no la Educación Financiera entendida como formación sobre conceptos teóricos, sino como un conjunto de acciones que ayuden al ciudadano a lograr adquirir hábitos saludables en la gestión de su economía doméstica, y como resultado obtenga el bienestar económico.
Es necesario trabajar en esta área desde temprana edad, cuando somos esponjas, cuando creamos esos hábitos que nos acompañarán de por vida. Aprendemos de “chavales” a resolver ecuaciones, derivadas e integrales, ¡pero nadie nos enseña qué debemos hacer con nuestro primer sueldo! ¡Cómo ahorrar o proteger nuestros ingresos! ¿No es esto más importante para nuestra vida que saber resolver integrales?
Pocas cosas nos reconfortan más que el testimonio de unos padres, que han asistido con sus hijos a alguno de los “Talleres de Ahorrar en Familia” que impartimos, y que nos cuentan cómo sus hijos han puesto en marcha sus huchas a corto, medio y largo plazo, así como la de la solidaridad. Están aprendiendo a establecer objetivos y sueños, ahorrar para conseguirlos y gestionar su paga semanal. Mañana sabrán qué hacer con sus rentas de trabajo.
Los adultos necesitamos algo más que un taller. Necesitamos un Educador Financiero de calidad, alguien que nos ayude a planificar objetivos vitales, que trabaje con nosotros en mejorar nuestra capacidad de ahorro, nos enseñe a proteger ingresos y patrimonio y a invertir con inteligencia para hacer que nuestro dinero trabaje para nosotros. Pero, sobre todo, necesitamos alguien que nos acompañe en el camino.
Esta es la labor de un Educador Financiero y Planificador de Bárymont. Contamos con la mayor red de educadores financieros de calidad del país certificados según norma UNI 11.402 de Educación Financiera de los Ciudadanos e ISO 22.222 de Planificación Financiera Personal por la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF).
Los muchos testimonios de clientes agradeciendo nuestro asesoramiento, nos reafirma en la necesidad de nuestra labor como educadores y nos animan a afrontar con ilusión el apasionante reto que tenemos por delante: trasformar nuestra sociedad de la mano de la educación financiera.
¡Hagámoslo!
