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D.O. Monterrei, la denominación que sabe ser y estar

El canal HORECA de Cantabria fue convocado por Vidivinos en el Gran Casino de Santander para conocer las novedades de distintas bodegas de todo el país. Entre ellas se encontraba la D.O. Monterrei, la joven promesa de las cinco denominaciones de origen que, bajo la atenta mirada del Castillo de Monterrei, llega a producir alrededor de 6 millones de kilos de uva al año con un valor económico de 17M y 4M de botellas de vinos tintos y blancos que, anualmente, se agotan. 27 bodegueros hacen cada año pequeñas joyas y entre ellos, Roberto Verino, que a su destreza como modisto sumó también la de coser la tierra con vides con su propia bodega, Terra do Gargalo.

España cuenta con 70 denominaciones de origen que avalan que los vinos que representan cumplen con unas características propias, una calidad diferenciadora, la producción en una zona concreta con materias primas concretas y, a esto, se une el modo de elaboración de cada bodeguero.

En el sur de Orense, en el Valle de Monterrei, la D.O. que toma el nombre de esta área geográfica es una parte importante de su tejido económico con 382 viticultores y 27 industrias ligadas a la producción y embotellado de vinos tintos y blancos.  La D.O. fue regulada en 1994, aunque lo cierto es que fueron los romanos quienes introdujeron el cultivo de la vid en esta comarca, dando comienzo a la viticultura en Galicia.

Los vinos de Monterrei, que fueron ya comercializados durante la Edad Media en América cuando Felipe II nombró virrey al V Conde de Monterrey para que gobernase en las nuevas colonias españolas en América, también llegaron a Cantabria. “Hay registros de los carreros que, durante los siglos XVII y XVIII, portaban los vinos hasta las localidades de la costa cántabra para proveer a los marineros en las costeras de la anchoa y el bonito”. Quien cuenta esta parte de la historia de la viticultura en Monterrei es Lara Da Silva Rodríguez, presidenta del Consejo Regulador Denominación de Origen Vinos Monterrei, nieta e hija de viticultores y, ahora también, hija de bodegueros “con un profundo arraigo en el sector”.

Con 26 años asumió la presidencia de esta DO que apuesta por la calidad y cuyo factor diferenciador es la producción de vinos de autor. Esta calidad es la misma que destaca el modisto y bodeguero Roberto Verino, “a finales de los años 80 entendí que debía apoyar a la DO para que la calidad reconocida de nuestros vinos no se perdiese. Iniciamos entonces un proyecto familiar con el fin de demostrar que sí se podía buscar la calidad y las diferencias con otras DO: si se hacían las cosas bien, recuperaríamos el valor generado en el pasado y el futuro sería prometedor”.

Para ambos, hoy Monterrei se ha ganado un lugar privilegiado en el panorama nacional e internacional y, de hecho,  la DO exporta el 9% de su producción a países como Reino Unido, Alemania, Holanda, EEUU e, incipientemente, Japón.

“El buen consumidor de vino quiere algo más que el producto, quiere descubrir no sólo notas olfativas, no sólo sabores, quiere descubrir la parte humana, la historia tanto genérica como personal de cada botella. Y esa cercanía con el consumidor es nuestro factor estrella, porque desde luego la calidad de nuestro producto es innegable” resalta Da Silva.

Los vinos de esta DO, en la que tienen cabida blancos y tintos, con variedades como godello, treixadura, dona branca, mencía o merenzao, son peculiares por el clima mediterráneo templado con tendencia continental y la influencia del océano atlántico. Sus veranos calurosos y secos, en contraste con sus fríos inviernos y considerables oscilaciones térmicas, benefician la correcta maduración del fruto. 

Desde su nacimiento en el año 94 “en la que Gargalo hacía la bodega número 4 -explica Roberto Verino- esta denominación no ha parado de crecer hasta llegar a las 27 bodegas que la componen hoy. El futuro es muy prometedor siempre que sigamos buscando la excelencia, exigencia ésta imprescindible para posicionarnos en los vinos de calidad”. 

Y es que, esa exigencia en el buen hacer, también lo está a la hora de llevar a esta denominación lejos. Lara Da Silva señala que “para la representación de un colectivo tan competitivo como es el mundo del vino, sólo hay una fórmula: trabajo, constancia, coherencia, autocrítica y prudencia. En la medida de lo posible actuar con pulcritud es la fórmula que no sólo te protege a ti sino también a tus asociados, bien sean bodegas o viticultores”.

Esta DO apuesta firmemente por la promoción, como la realizada en Santander recientemente, lo que le ha llevado a aumentar su notoriedad y ampliar su cuota en diferentes mercados. “De poco sirve que hablemos de Monterrei como la puerta de entrada de la viticultura en Galicia, si no sabemos promocionar nuestros más de dos mil años de historia. De poco sirve hacer un producto, de una calidad exquisita, como así lo hacemos, (si me permite el apunte) si no sabemos aprovechar sinergias que puedan crear oportunidades de negocio para nuestros asociados y conocimiento sobre nuestro sello de calidad. En el mundo del vino eres cuando te consumen, sino simplemente estás. Y estar no ayuda a la fijación y al mantenimiento del tejido industrial, debe estar y ser”

 

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