La comunicación es el camino
Como la de cualquier periodista que se precie, mi profesión ha dado mil vueltas. Subidas, bajadas, picos y valles marcados por el entusiasmo de un buen titular o la monotonía de una página en blanco. Pero ha sido en los últimos años cuando he descubierto que todo lo aprendido me estaba esperando al final del camino.
Hace no tanto, abandonar los medios para ser periodista ‘de gabinete’ era algo así como pasarse al lado oscuro. Dejar la primera línea de fuego para ponerse al servicio de los intereses de una empresa y, lo que es peor, de los propios. Traducido era cambiar una jornada interminable con un sueldo mísero, por un trabajo aburrido con mejores condiciones a fin de mes.
¡Tremenda equivocación! Pilotar la comunicación corporativa es, sin duda, la misión más apasionante que existe y todo un regalo si encuentras a una empresa que confíe en ella como pieza clave de su negocio.
En casi ocho años al frente del departamento de Comunicación y Marketing de Palibex, no ha habido día en que no haya disfrutado de mi trabajo. Tanto o más que si hubiera cumplido mis sueños juveniles de presentar el telediario, hacer periodismo de investigación o ser corresponsal en Nueva York.
Tengo que reconocer que nunca había oído hablar de la paletería exprés y que la logística era una gran desconocida para mí. Sin embargo, solo tardé unos segundos en enamorarme del proyecto y poco más en comprender que, con ayuda de la comunicación, el transporte podía ser un mundo tan atractivo como la moda o la tecnología.
La meta estaba clara. Seríamos la Red de transporte más rápida y segura del mercado pero, ante todo, una empresa formada por buenas personas que sonrían. Apasionante objetivo al que, desde entonces, dedico mis días. Con un equipo de ‘sonrientes’, estamos modernizando el sector a partir de los empleados, que son el centro de la empresa, y de nuestra pasión por el arte.
Además de mover palés, hacemos otras muchas cosas como pintar camiones con obras de vanguardia, llevarlos al rally Dakar o lucirlos en un desfile de moda. Con pandemia o sin ella, no paramos quietos porque solo se puede comunicar lo que se hace y siempre desde el rigor y la transparencia.
Nuestra relación con los medios de comunicación es cercana y colaborativa. Y eso nos ha llevado hasta las principales cabeceras de la prensa sectorial y generalista y a los programas de mayor audiencia en radio y televisión. Han escrito de nosotros en casi todos los idiomas, fuimos portada en ‘The New York Times’ y hasta Matías Prats nos puso como ejemplo de empresa en la que cualquiera querría trabajar.
Toda esta repercusión mediática ha resultado fundamental para construir nuestra imagen de marca y la comunicación interna es aún más importante. Pese a la distancia que impone la covid-19, nos sentimos más cerca que nunca de todas las personas que integran la Red. Y eso es porque siempre nos hemos preocupado de hablar de forma sincera y continua con nuestros empleados, franquiciados, clientes o proveedores; de interactuar con ellos en las redes sociales y de estar presentes en cualquier evento que nos permita escuchar y ser escuchados.
Todo suma y todo cuenta porque la comunicación no es flor de un día. Es una lluvia fina y constante detrás de la que se esconde un plan de acción integral, coherente y bien alineado con la estrategia de la empresa, sus valores y cultura corporativa.
