La industria del videojuego en España facturó en 2021 1.795 millones de euros. Esta semana en el digital semanal sobre al industria de la cultura The Artist Is Here te contamos cómo un sector industrial ha logrado ser además oficialmente reconocido como cultural y por qué es importante. Toda la información sobre la convocatoria del XI Premio Europeo del Espacio Público Urbano y las ayudas y subvenciones que le interesan al sector, están además en TAISH, una publicación de Influyentes.
Desde el principio de los tiempos, los seres humanos se han contado historias y han practicado juegos. La capacidad de transmisión cultural de las primeras no está en discusión y finalmente parece que tampoco el derecho del juego, en este caso del videojuego, de formar parte de esa categoría, siempre en transformación pero siempre selectiva, que es la cultura.
Mientras recorría la distancia que separa el entretenimiento del arte y que ya tuvo que recorrer el cine, el videojuego ha ido reclutando un ejército de creadores que se han pasado a sus filas hasta cruzar una meta que ya no es simbólica sino institucional.
El Consejo de la Unión Europea ha ratificado la consideración del videojuego como uno de los sectores creativos dentro de la industria cultural. Más allá de cualquier otra consideración conceptual, este hecho abre la puerta a que las empresas del sector puedan optar a ayudas europeas y financiaciones inaccesibles de otra forma, lo que supone un importante respaldo al desarrollo del sector.
La iniciativa salió adelante en la UE con el impulso español. Y no es de extrañar porque el país parece ir en cabeza a la hora de tomar medidas en el sentido de reconocer como cultural una industria que facturó, en 2021, 1.795 millones de euros y que sienta las bases de una comunidad de usuarios que ascendió que alcanzó el año pasado la cifra récord de 18 millones de videojugadores en España, de los cuales, el 52% son hombres y el 48% son mujeres según datos del anuario de la patronal del sector.
El pasado marzo, el Congreso de los Diputados votó la normativa que tiene como objetivo «la recopilación del patrimonio cultural e intelectual de cada país, con el fin de ponerlo a disposición de los ciudadanos» incluyendo a los videojuegos como parte del patrimonio cultural de España.
Cuando culmine el trámite legal, la Biblioteca Nacional quedará obligada a conservar al menos una copia de cada videojuego hecho en España en formatos digital y físico, si hubiera. Nada de extrañar, dado el empuje creativo y empresarial de este formato. Ya en 2019, la industria de los videojuegos en España representaba casi un 15% del sector de la edición y cerca del un 10% de la producción audiovisual del país.
