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El crecimiento del 39% de las compañías españolas, lastrado por los pagos atrasados de los clientes

Cobrar facturas no ha sido tarea fácil en 2022. El 39% de las compañías españolas reconoce que su estrategia de crecimiento se ha visto lastrada por los pagos atrasados de los clientes. Una de cada dos considera que la brecha cada vez mayor entre las condiciones de pago y su materialización es un riesgo real para su desarrollo. Estas dificultades estarían alterando la hoja de ruta marcada por las empresas, en las que el crecimiento de sus negocios es la principal prioridad de 6 de cada 10.

Según el Instituto Nacional de Estadística, 26.207 empresas españolas anunciaron su cierre en 2022, un 10% más que el año anterior y la cifra más alta desde que se registran estos datos. Una información que demuestra que 2022 no fue un periodo fácil para el ecosistema empresarial nacional. Una tendencia que también comparte el Informe Europeo de Pagos de Intrum, del que se desprende que, en 2022, tan solo el 35% de las empresas españolas ha podido reservar fondos adicionales para alcanzar sus planes de crecimiento, cuatro puntos por debajo de la media europea (39%).

En concreto, entre los 29 países europeos analizados por la firma de servicios de gestión de créditos y activos, las compañías de España ocuparían la séptima posición por la cola, por debajo de Alemania (44%), Francia (42%) y Reino Unido (38%), y estarían al mismo nivel que Portugal (35%). Las entidades que más están reservando fondos adicionales serían las irlandesas (48%), las suecas (48%) y las húngaras (47%), mientras que al otro extremo se situarían Bosnia y Herzegovina (29%), Lituania (29%) y Croacia (26%), como los países europeos cuyas organizaciones menos han asegurado dichos fondos.

Estas cifras demuestran que la gestión efectiva de cobros y pagos es un requisito fundamental para el crecimiento del entramado empresarial. Si una entidad no recibe los pagos de sus clientes a tiempo, no contará con los recursos suficientes para generar más empleo, invertir en innovación o desarrollarse en eficiencia y competitividad, y, a medio plazo, tampoco podrá hacer frente a sus obligaciones financieras, provocando que sus proveedores y acreedores también puedan terminar en la misma situación.

Por otro lado, el contexto sociopolítico actual también estaría afectando al desarrollo empresarial. En este sentido, la última edición de la Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad del Banco de España, correspondiente al cuarto trimestre de 2022, revelaría algunas de las causas que podrían estar limitando el crecimiento de las empresas: al 81% de las organizaciones le afecta negativamente el elevado coste de los inputs energéticos, mientras que el 45% se ve perjudicada por las dificultades de suministro asociadas al conflicto en Ucrania. Según el mismo estudio, otros factores que están obstaculizando el desarrollo empresarial son la escasez de mano de obra (45%) y las dificultades para recibir suministros de los proveedores habituales (31%).

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