Pocos profesionales saben más de trabajar en un entorno internacional con equipos deslocalizados y multiculturales que una guionista de Disney que en los momentos de pausa contempla El Sardinero desde su ventana. Cuando el mundo comenzó a integrar el teletrabajo, ella ya era desde Cantabria guionista de series de Disney para el mundo latino. Su firma está además de algunas de las películas que han marcado la historia del cine español como La Voz Dormida y de series de televisión míticas como Periodistas. En Lo Mejor de Influyentes, hoy Carmen López-Areal.
“Desde pequeña me encantaba inventar historias, siempre tuve mucha imaginación y sabía que de mayor me dedicaría a algo creativo. Estudie Ciencias de la Imagen y mientras buscaba mi lugar, aprendí fotografía, trabajé como actriz y dirigí algún corto. Y un día se me ocurrió enviar una idea a un concurso de guion. Para mi sorpresa, éste resultó premiado y tras ese largometraje, me premiaron otro… Sentí que la vida me estaba mostrando el camino, por ese lado todo fluía con facilidad, así que me dejé llevar. Mientras mis proyectos de cine tomaban forma, conseguí trabajo en televisión, en la serie Periodistas. La intención era pagarme el alquiler, en aquella época no valoraba mucho la tele, sin embargo esta decisión me trajo muy agradables sorpresas, maravillosas amistades y supuso una gran escuela para mí. Escribíamos al lado de los platós donde se grababa la serie, así que lo que creaba en mi cabeza un día, lo veía transformado en realidad al día siguiente de la mano de actores con muchísimo talento. Era algo mágico. Así, sin darme cuenta había convertido mi hobbie en mi profesión.
Fui autodidacta, aprendí a escribir trabajando, leyendo, viendo y analizando películas… Y hay algo curioso con la imaginación, cuanto más la usas más tienes. Es apasionante el momento en que una idea se posa en mi cabeza y comienzo a hacerme preguntas ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? Y cada línea, cada escena, me lleva más cerca del objetivo. Me adentro de tal forma en este universo paralelo que llega un momento en el que los personajes cobran vida, tienen su propia voz y toman sus propias decisiones. Para lograr esta inmersión, todo gira en torno a ese mundo imaginado: Veo películas de un género similar. Escucho la música que vibre en sintonía con lo que estoy creando, me inspiro con obras de arte, observo a la gente, tomo nota de diálogos… Es un proceso muy enriquecedor, me obliga a leer, ver cine y teatro, estar al día de lo que pasa en el mundo, y también sentir el pulso de la calle y relacionarme con gente muy variada. Cualquier cosa puede servir de inspiración, todo suma.
Amo el trabajo en equipo, esos distendidos y jugosos braimstorming donde fluye la creatividad y las ideas van creciendo. Pero escribir también requiere mucha disciplina, te obliga a ser constante. El talento y la imaginación son fundamentales, pero como decía Picasso: la inspiración debe pillarte trabajando.
He escrito guiones de cine y televisión de diferentes géneros para muy variadas audiencias, desde un drama como La voz dormida, a comedias como Un tipo corriente. Y hace diez años, cuando tuve a mi hija, decidí mudarme de Madrid a Santander, un lugar que posee una calidad de vida inigualable. Esto me obligó a centrarme en proyectos que me permitieran trabajar online. Y tuve la suerte de conectar con Disney, una empresa internacional con sede por todo el mundo. Ha sido un auténtico lujo trabajar con grandes profesionales de Londres, Milán o Buenos Aires mientras veía por la ventana romper las olas del mar cantábrico. Con ellos he creado varias series infantiles de mucho éxito, como Soy Luna, Bia o Alex & co.
Actualmente el trabajo en televisión me resulta particularmente gratificante porque permite un mayor seguimiento y control de la obra. En el cine, al terminar de escribir, el director pasa a tomar las riendas del proyecto. Sin embargo en televisión existe la figura del showrunner: creador de la serie y máximo responsable de la misma. Una suerte de director de orquesta que supervisa los procesos de escritura y producción. Además, en este momento la ficción española está muy valorada en el resto del mundo, en particular la televisiva. El crecimiento de las plataformas en streaming ha impulsado mucho el sector audiovisual y ha favorecido una autentica edad de oro de las series nacionales. Es estupendo vivir este momento tan dulce para la ficción.
En definitiva, me siento una privilegiada. Creo que fue Confucio quien dijo: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”
