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Cantabria guardiana de las estructuras marinas offshore

La corrosión, según Nace Internacional, provoca pérdidas económicas que supone el 3 % del PIB mundial y oscilan entre los 2.2 y los 2.5 billones de dólares anuales. Un problema que destruye anualmente el 25% del acero que se produce en el mundo a un ritmo de 5 toneladas cada pocos segundos. Desde Cantabria, el Centro Tecnológico CTC  lidera el proyecto MANTEMAR, con el que se busca controlar la corrosión marina en plataformas offshore, además de optimizar las tareas de mantenimiento de estas estructuras y sus componentes metálicos.

Cantabria encabeza actualmente diversos proyectos de innovación en I+D+i desde el Centro Tecnológico CTC. Uno de ellos, MANTEMAR, ha desarrollado una innovadora metodología que monitoriza en tiempo real el estado de estructuras offshore instaladas en ambientes marinos agresivos.

La paulatina reducción de las reservas de petróleo y gas en tierra, pero también en mar en bajas profundidades, ha provocado que la ingeniería haya desarrollado nuevas tipologías estructurales y avances tecnológicos para salvar mayores profundidades marinas que permitan aprovechar las reservas que, hasta hace no mucho tiempo, eran inaccesibles.

El mar también alberga plataformas eólicas marítimas,  fijas o flotantes, que permiten aprovechar mejor el potencial eólico que las plataformas terrestres.

Grandes plataformas, conocidas como plataformas offshore, se alzan sobre las profundas aguas sin acceso directo desde tierra y soportando todo tipo de inclemencias meteorológicas y meteoceánicas.

MANTEMAR, la innovadora metodología que se desarrolla desde el Centro Tecnológico de Componentes (CTC), monitoriza en tiempo real el estado de estas estructuras, contribuyendo a controlar la corrosión marina y mejorando las tareas de mantenimiento de estructuras y componentes metálicos.

Este método novedoso se basa en el uso de técnicas electroquímicas, que se aplican a las muestras tomadas de estructuras offshore ya instaladas en alta mar, ofreciendo información sobre el estado de los recubrimientos de los componentes offshore, su nivel de degradación y su vida útil remanente. Toda la información recopilada facilita las intervenciones en estas grandes estructuras y es determinante para intentar paliar los costes asociados a la corrosión.

Este proyecto, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través del Programa Operativo FEDER, responde de una manera innovadora uno de los retos más importantes a los que debe enfrentarse cualquier industria que desempeñe su actividad en el ámbito marítimo. Según NACE Internacional, principal autoridad mundial en este campo, la corrosión provoca pérdidas económicas que supone el 3 % del PIB mundial y oscilan entre los 2.2 y los 2.5 billones de dólares anuales. Un problema que destruye anualmente el 25% del acero que se produce en el mundo a un ritmo de 5 toneladas cada pocos segundos.

La fiabilidad de esta innovadora metodología ha sido testeada y verificada en el laboratorio Marine Corrosion Test Site (MCTS ‘El Bocal’), donde CTC ha instalado determinadas probetas y analizado los datos de campo obtenidos durante los ensayos. Esta infraestructura de estudio, desarrollada conjuntamente con el Instituto Español de Oceanografía, ofrece tres condiciones de ensayo (sumergida, mareal o salpicadura) en una zona de mar abierto. Esta circunstancia ha conferido a los resultados obtenidos un alto grado de replicabilidad de las condiciones con un ambiente idéntico al que soportan las estructuras offshore.

En los últimos años, el centro cántabro ha desarrollado una decena de proyectos relacionados con estos ámbitos.

 

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