Incluido en la terna finalista de los Premios Ingenia Startup, referente en innovación y emprendimiento, Bread Free es la única empresa en el mundo nacida para “hacer felices los celíacos”. ¿La clave? La patente de un proceso biotecnológico avanzado para separar la harina del gluten. Juan Garrido, es el cofundador y desarrollador de negocio de la startup, en ronda de financiación a principios de otoño y que proyecta la primera fábrica de harina «gluten free».
Utilizan biotecnología e Inteligencia Artificial para fabricar harina de trigo apta para celiacos. Ofrece un producto único en el mercado: harina de trigo, centeno u otro cereal, sin gluten. El objetivo es comercializar el producto que va a permitir elaborar alimentos aptos para celíacos que conserven la textura y sabor de los productos tradicionales hechos a partir de harina de trigo convencional. Y hacerlo a un precio solo 20 céntimos más caro que no apto para celíacos.
P.-¿Por qué y cómo ha surgido Bread free?
El proyecto nació en 2018, cuando a una compañera de universidad de mi socio Daniel Gómez, le diagnosticaron celiaquía con 18 años. Se dio cuenta del gran problema que era tener una alimentación sin gluten y que fuera saludable, rica y a un precio económico, sobre todo en Madrid, donde casi no había alternativas, es raro encontrar un sitio con comida sin gluten, con una buena textura y a buen precio. Entonces empezó a pensar qué se podía hacer.
Daniel empezó en la Universidad por su cuenta a investigar antes de la pandemia. Los inicios fueron rudimentarios porque todo estaba cerrado, pero tras la pandemia le dejaron un laboratorio donde hizo pruebas y vio cosas prometedoras. Ya a finales de 2020 empezamos más en serio.
P.- ¿Cuáles fueron los siguientes pasos?
Buscamos centros biotecnológicos fuera, ya que en la zona de Madrid no había muchos centros tecnológicos de alimentación, y fuimos a Navarra y nos ayudaron en el CEIT a desarrollar estos experimentos, ya sabíamos cómo hacerlo, pero se necesitan muchos recursos y las máquinas son muy caras. También buscamos un centro que nos apoyó bastante, que es el CNTA, un centro tecnológico de alimentación también en Navarra. Son asociaciones sin ánimo de lucro donde ayudan a hacer investigación. Cada centro está especializado en determinados procesos.
P.- ¿Cómo financiasteis los primeros pasos?
Fundamos la empresa en 2020 e hicimos una ronda de ampliación a principios de 2021, y entre todos los socios conseguimos un capital de 30.000 euros y empezamos con eso a financiarla. Cuando vimos que los resultados eran bastante prometedores, buscamos una consultora que nos ayudó con el Neotec, una ayuda para proyectos de base tecnológica. Nos dieron una de las máximas puntuaciones y nos dieron casi lo máximo que nos podían dar. Así empezamos a funcionar, y luego también hemos tenido ayudas para los doctorados industriales y ayudas de I+D, así es como hemos conseguido avanzar. Después hicimos otra ampliación de capital y dentro de poco iremos a otra ronda de financiación.
P.- ¿Cómo dais el salto del laboratorio a la empresa?
Cuando nos dieron el Neotec es cuando decidimos alquilar un laboratorio en Tudela, donde está nuestra sede y tenemos laboratorio. Nos pusimos en contacto con la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, cogimos un laboratorio y empezamos a contratar investigadores y personal investigadores y a comprar maquinaria. Lo hicimos así porque subcontratar las pruebas sale carísimo, entonces, pues lo haces tú, es mucho más barato. Actualmente somos ocho en el equipo.
P.-¿Fueron positivos los resultados desde el principio?
Hay que aclarar que una cosa es separar lo que es el gluten de los cereales, que al final sale, lo difícil es industrializarlo. Hasta llegar a decir que es rentable hay que hacer muchas pruebas, optimizar mucho el proceso. También puedo decir que lo que nosotros hacemos no lo hace nadie en el mundo, somos la primera empresa en el mundo en desarrollar esta tecnología. Tenemos, de hecho, una patente. En ese sentido es difícil que nos puedan aconsejar, tenemos que buscarnos la vida, hacer nosotros las pruebas e investigar. A una ingeniería le tenemos que decir las máquinas que tiene que comprar. Vamos investigando, eso es realmente lo más complicado, porque realmente muchas startups a lo mejor dicen ‘voy a hacer un alimento’, pero ya saben la maquinaria, cuál es la que tienen que usar. Nosotros hemos tenido que hacer todo desde cero. Entonces ha sido realmente complicado, sobre todo cuando eres una empresa pequeña sin financiación.
P.- En cualquier caso, ¿cuál es el producto de venta?
Nosotros vamos a una empresa harinera y la harina que produce puede ver reducida su cantidad de gluten hasta por debajo de 20 ppm (partes por millón) con nuestro proceso biotecnológico. Nosotros en concreto la rebajamos por debajo de 10 pmm, o sea, es mucho más segura, y además mantenemos el sabor y la textura, por eso tiene un sabor y una elasticidad que no hay ahora en los productos sin gluten. Nosotros partimos de cebada, trigo y centeno y le podemos extraer el gluten para que sea apto para los celíacos. No modificamos genéticamente el cereal, que eso ya existe, no, además en Europa está prohibido hacer y vender productos modificados genéticamente. La gran ventaja es que no tiene diferencia con un producto convencional. Nuestra misión es que coma la misma barra de pan un celíaco y una persona que no tenga celiaquía. Además, nuestra harina, solo será 20 céntimos más cara que la hay en el mercado a largo plazo.
P.- ¿Cuál es la clave de este negocio?
Está en ofrecer una nueva harina a nuestros clientes, en realidad es un componente que está en muchísimos alimentos, el pan, las pastas, la repostería, alimentos preparados, salsas, alimentación infantil…
Ahora estamos haciendo pruebas piloto con diversos clientes. Estamos vendiéndoles pequeñas cantidades para que vayan desarrollando un producto con su marca y el próximo año sacarlos al mercado. También estamos construyendo una pequeña planta piloto en Tudela y si todo va bien con la ronda de financiación a principios de otoño empezaremos a hacer el proyecto de la planta semi industrial, la previsión es producir a producir al día 24 toneladas de harina sin gluten, no es mucho pero iremos poco a poco. Nosotros vamos a transformar la harina con nuestra tecnología. De momento no queremos que nadie pueda usar nuestra tecnología, ya veremos a largo plazo, aunque ya hay mucha gente interesada y hemos hecho muchos contactos, pero hemos dicho que no, que más adelante cuando tengamos más control. En este proceso las harineras son nuestros proveedores, nosotros compramos la harina y la procesamos para liberarla del gluten.
P.- ¿Hay negocio a la vista?
Estamos ganando dinero vendiendo nuestra harina a los industriales para que desarrollen ellos sus productos, en poca cantidad, de momento, nos estamos vendiendo tanto la harina como el proceso tecnológico, la exclusividad de que puedan usar la harina libre de gluten y que tengan preferencia de compra cuando tengamos la fábrica a pleno rendimiento.
P.- ¿Qué previsiones económicas tenéis para cuando esto se ponga en marcha comercialmente?
El próximo año, según nuestras previsiones, vamos a facturar 3 millones de euros con la planta que estamos montando y los proyectos que tenemos vamos a facturar eso aproximadamente. de momento hay compradores interesados de varias nacionalidades, pero vamos a empezar con españoles porque lo facilita todo.
P.- ¿Cómo es el mercado de personas con celiaquía en nuestro país o el grupo de población al que le puede interesar esto?
En España, como tal, habrá aproximadamente un 1% de personas diagnosticadas con celiaquía. Pero también hay personas intolerantes al gluten, con enfermedad de Crohn, dermatitis y otras afecciones. Es un negocio B2B, nosotros no vamos a comercializar los productos como tal, nosotros le vamos a vender la harina sin gluten a las industrias para que ellas fabriquen sus productos y los comercialicen. Sí que nos gustaría llegar al supermercado, pero es otro tipo de modelo de negocio y nos gustaría hacerlo porque nuestro objetivo es al final hacer feliz a los celíacos. Entonces nuestro objetivo es llegar lo máximo que podamos al mercado, llegar con nuestra propia marca llevaría más de tiempo y ahora no es nuestro tipo de negocio, requiere mucha inversión en marketing y ahora estamos en una fase industrial a largo plazo. En resumen, nosotros no somos una empresa de alimentación, somos una empresa que hace un ingrediente de alimentación.