Alejandro Martínez, CEO de Ecrimesa plantea desde En la Mente del CEO, los principales retos a los que se enfrenta una empresa con más de 50 años a su espalda así como algunas de las necesidades que plantean distintos directivos de Cantabria: el aumento de la inversión en formación apostando por una formación dual que permita mantener la actividad industrial competitiva de Cantabria.
El Grupo Ecrimesa nace en Santander en el año 1964 como consecuencia de la iniciativa de cuatro empresarios de la región con el desarrollo de una planta de fundición de acero por el proceso de microfusión a la cera perdida. Desde este momento la empresa ha ido creciendo en actividades y mercados hasta su situación actual donde facturamos más de 37 millones de Euros desde nuestras plantas en Santander a más de 20 países, con más de 250 personas en plantilla y por encima de las 300 personas con las subcontratas que colaboran en nuestro desarrollo.
56 años después estamos inmersos en un proceso de robotización y digitalización en nuestras actividades con una plan de inversiones superior a 8 millones de Euros hasta el 2026, centrándose en la mejora de la eficiencia de nuestros procesos, incrementar el valor aportado a nuestros clientes, y la motivación y desarrollo del personal.
Los principales retos a los que se enfrente nuestra empresa en la actualidad, ( al no contar con un producto propio) es la de aumentar nuestra flexibilidad tanto a nivel productivo como de tipo de producto a fabricar de forma que podamos incrementar el valor que aportamos a nuestros clientes, esta flexibilidad junto con la calidad de nuestras producciones y la innovación mejora continua en nuestros procesos son nuestra principal ventaja frente a nuestros competidores europeos y mayormente asiáticos (cuyos costes son muy inferiores a los de nuestra empresa)
Un segundo reto viene determinado por la formación de nuestro personal, y que permita sustituir una mano de obra, como la actual, altamente especializada, y que el sistema formativo actual no proporciona. Es fundamental, invertir en formación para poder mantener una actividad industrial competitiva en nuestra región. La colaboración empresa- centros de formación es muy importante emulando sistemas de formación profesional y universitaria similar a los países centroeuropeos que pueden considerarse un modelo de éxito.
Durante este ejercicio, a pesar de las dificultades, nuestras empresas han mantenido su actividad de forma continua con un gran compromiso de toda la plantilla con las normas de seguridad y las necesidades de nuestros clientes