Los mayores de 50 años general el 60% del gasto de la economía española, el equivalente al 26% del Producto Interior Bruto (PIB), según un estudio elaborado por Oxford Economics y la Universidad de Salamanca para el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie). Bajo esta premisa no es de extrañar que los expertos reunidos esta semana en el el seminario académico organizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE y la Universidad Carlos III de Madrid coincidiesen en destacar que “un requisito básico para que se materialicen las previsiones de crecimiento de la economía sénior y, por lo tanto, de la economía en general, es mantener la demanda o capacidad de gasto de esta generación, un objetivo que puede conseguirse apelando a las diversas fuentes de renta, como las pensiones públicas y privadas, las que proceden del ahorro mobiliario o inmobiliario, o las que son fruto del trabajo o el emprendimiento”.
Los retos a los que se enfrenta el sistema de pensiones español y la solidaridad intergeneracional de la sociedad han sido los dos temas principales del seminario académico organizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE y la Universidad Carlos III de Madrid. La jornada ha acogido diversas ponencias e intervenciones de la mano de universidades de reconocido prestigio en investigación con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la economía sénior y reflexionar sobre los diferentes desafíos que ofrece el envejecimiento generacional.
Durante el encuentro, José Manuel Inchausti, vicepresidente de MAPFRE, y CEO de MAPFRE Iberia, indicó que “la existencia de unos sistemas de pensiones, basados en una adecuada combinación de fórmulas públicas y privadas y que tenga en cuenta los principios de suficiencia, sostenibilidad, solidaridad y justo equilibrio intergeneracional, es requisito imprescindible para el desarrollo de la economía sénior”.
En la conferencia magistral de Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), se repasaron algunas de las conclusiones de la ‘Opinión de sostenibilidad a largo plazo de las Administraciones Públicas’, publicada recientemente por la Institución. Dicho análisis centra el foco en el impacto de la demografía en la sostenibilidad y pone de manifiesto que “la inacción o la acción tardía” tendría un coste muy elevado en la deuda pública que podría superar el 150% del PIB en 2030. Por el contrario, también muestra que, si se reacciona ya y se empiezan a poner soluciones sobre la mesa, la tendencia de las finanzas públicas se puede revertir.
La presidenta de la AIReF destacó la necesidad de abordar el reto del envejecimiento de la población con un enfoque integral y con visión de futuro, puesto que la sostenibilidad no es algo fragmentable. De hecho, la AIReF quiere enriquecer sus análisis sobre el envejecimiento con nuevas dimensiones como la equidad intergeneracional y de suficiencia del sistema de pensiones. “Nos parece aconsejable un acuerdo país que aborde el reto de forma integral, compatibilizando crecimiento y sostenibilidad”, ha señalado Herrero.
También participó el doctor Pedro Guillén, presidente de la Clínica CEMTRO de Madrid y jefe de servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología; y Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, quien hizo incapié en la importancia de “mejorar la compatibilidad entre trabajo pensión, siguiendo el camino que marca la evolución demográfica, que conlleva vivir más y mejor, y que permitiría reforzar la sostenibilidad de los sistemas basados en el modelo de reparto y aportaría tranquilidad sobre todo a las generaciones jóvenes”. También se defendió que “incrementar la contribución económica y laboral de la generación sénior, que podemos considerar integrada por los mayores de 55 años, ayudaría a corregir la situación deficitaria del sistema público y aumentaría las aportaciones al sistema”. Subrayó además la importancia de “recuperar el talento sénior para el empleo, de lo contrario supone desaprovechar años de experiencia, de conocimiento y formación, y ello repercute negativamente en la sociedad y la economía”. También ha reflexionado acerca de la medicina y la longevidad, y, en este sentido, ha señalado que “la medicina del futuro solo será posible si es capaz de atajar las enfermedades antes de que aparezcan, de erradicarlas desde la raíz y para siempre desde su aparición. La ingeniería genética y epigenética serán claves”.
Hipotecas inversas y jubilación demorada
Como en años anteriores, el seminario contó con la intervención de distintos investigadores del ámbito académico y profesional que han analizaron los efectos de anticipar la edad de jubilación en el sistema de pensiones español, el desarrollo de nuevos productos ante la dependencia severa y la relación entre las hipotecas inversas y la sostenibilidad financiera, entre otros.
Juan Antonio Maldonado, catedrático de la Universidad de Granada y coordinador del Máster Universitario en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores, puso el foco en envejecimiento activo como pilar en el que se puede apoyar la jubilación demorada y como mecanismo ligado a la sostenibilidad del sistema de pensiones. “No obstante, el número de personas que se acogen a la jubilación demorada continúa siendo muy reducido”, ha apuntado.
En este mismo sentido, Inmaculada Domínguez, profesora en la Universidad de Extremadura, realizó un breve análisis sobre la jubilación anticipada, tras la regulación de 2021, indicando que “la nueva legislación en torno a la edad de jubilación tampoco ha sabido diseñar coeficientes actuarialmente justos. Nos encontramos con trabajadores sobre e infra penalizados.”
M. Mercè Claramunt, de la Universidad de Barcelona, añadió al debate de las pensiones el papel positivo que podría tener la contratación de hipotecas inversas para el aumento de liquidez durante la etapa sénior; y Joseba Iñaki de la Peña, investigador y profesor titular de la Universidad del País Vasco, vinculó el actual plan de pensiones a la dependencia y ha hecho hincapié en que el gasto sanitario y asistencial en la población dependiente es un asunto de especial relevancia. “La dependencia es una contingencia que debe considerarse tan importante como la jubilación y debe incluirse en la planificación personal”.