Manuel Vila. CEO de Newtesol

Esta semana es el CEO de Newtesol, el que se acerca hasta Influyentes para responder a las cuestiones planteadas este mes: Cómo gestionar la incertidumbre: El/la CEO tienen una misión, conseguir que la empresa alcance los objetivos marcados por la dirección. En un momento excepcional como este, alcanzar las metas requiere que el equipo humano recupere la plena confianza en el futuro de la empresa. ¿Cómo se consigue? ¿Cuáles son los recursos que hay en la mente del CEO?

No es la incertidumbre un escenario ajeno en absoluto a la gestión empresarial. El cúmulo de circunstancias que influyen en la marcha de un negocio es de suyo inabarcable y a eso se unen siempre los problemas organizativos, así como las voluntades, no siempre coincidentes con los objetivos de la empresa, de los competidores, de los clientes, de algunos colaboradores incluso o de los bancos… todo lo cual convierte en imprescindible hacer gala de una flexibilidad y de un pragmatismo conocedores de que no hay plan alguno que resista el contacto con la realidad.

Aunque la templanza de quienes dirigen una organización atempera normalmente su influjo (permitiendo que los miembros del equipo desarrollen sus quehaceres con su habitual competencia), el impacto de la pandemia ha amplificado dicha incertidumbre hasta el límite de lo soportable, provocando en algunos casos que el miedo haya sustituido a la profesionalidad allí donde la bisoñez impide que una adecuada cultura de la empresa haya podido calar. Es entonces cuando la disciplina juega un papel esencial para la supervivencia.

La actitud de un individuo (de un directivo, por lo tanto) no se puede simular. Las situaciones de peligro extremo sacan de nosotros lo más profundo (mostrando lo que en verdad somos), pues en medio de la tempestad no hay ocasión para la representación de un papel y el rol de cada cual viene dado por la propia asunción de su responsabilidad.

Por eso a los empresarios no nos queda otra que ser nosotros mismos. Si de tus decisiones depende que tu empresa sobreviva, sé tú mismo. Si ves que merece la pena luchar, hazlo, dejándote llevar por ese extraño instinto que siempre te ha acompañado y que compendia y relaciona bajo la capa de tu consciencia tan inmensa legión de variables que escapan a la racionalidad del pensamiento.

No conozco receta alguna para gestionar la presente complejidad. Si acaso me atrevería a compartir un consejo: no dejar de mirar al largo plazo. Cierto es que en momentos de zozobra hay que estar en el detalle para mantener el pulso, taponando al instante cualquier eventual vía de agua. Es algo que corresponde a cada miembro del equipo en su ámbito y a los máximos responsables como coordinadores. Pero se da la aparente paradoja de que se necesita fijar la vista en el horizonte para poder alcanzar la excelencia en el detalle, y eso es algo que debe hacer el CEO, cuya prioridad ha de seguir siendo vender, pues si no hay venta, no hay empresa. En circunstancias como éstas, si eres el director de la tuya, centra el esfuerzo en vender tus servicios o tu producto. Y fía lo demás a la profesionalidad de tu equipo.

Comparte:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio