Influyentes Cantabria

Luis Miguel González. Director de ITM Global

#CEO

Para Luis Miguel González el cambio es su escenario de trabajo habitual. Desde que se incorporó al equipo de ITM Global, empresa perteneciente al grupo PITMA, hace más de una década, no recuerda una época donde la adaptabilidad a las nuevas circunstancias no fuera la medicina para conseguir los objetivos marcados. Sigue leyendo para conocer las claves de la reinvención que se guardan En la Mente del CEO

COMO ABORDAR LA REINVENCIÓN EMPRESARIAL

Reinventarse es empezar de nuevo con un valor diferencial, empujado por la experiencia e inercia adquiridas y las ganas de desarrollar nuevas capacidades.

Puede parecer que la reinvención implica empezar de cero, pero en realidad está más relacionado con la forma de pensar, con desaprender formas de hacer que no funcionan, con la adaptación al cambio, la motivación y la capacidad de liderazgo.

¿Cómo empezar? No hay una única receta, pero lo primero es activar un mindset emprendedor y poner el foco en tres extremos clave: clientes, mercado y empresa.

Buscar necesidades en tus mejores clientes.

Tanto si abordamos una actividad nueva, como si reformulamos otra existente, partiremos de las necesidades de nuestros propios clientes. Esto puede parecer obvio, pero en ocasiones se olvida. A veces creamos la falsa realidad de que nuestra idea es la mejor de todas, y nos lanzamos al mercado sin haberla experimentado previamente.

Tanto si nos vamos a reinventar en mercados conocidos, como si lo hacemos en otros nuevos, nuestros clientes son la mejor fuente de información para saber si un modelo de negocio tiene recorrido a largo plazo.

Seleccionar un nicho o incluso algo más pequeño.

Innovar está bien, pero a veces mejorar algo existente es mejor. Dentro del mundo emprendedor, la innovación va asociada inevitablemente a la incertidumbre. Para limitarla, podemos elegir un nicho de mercado o mejorar algo específico del mismo, ya sea un proceso industrial o comercial, cuanto más simple mejor.

Sirvámonos de colaboradores próximos a nuestro mercado objetivo para conseguir la oportunidad. Creo fielmente en que el futuro es colaborativo, y es casi obligatorio servirnos de sinergias o alianzas entre empresas de ámbitos relacionados.

Si compartimos el mismo perfil de cliente con nuestros colaboradores, podremos crear una malla de productividad para un rápido crecimiento, en una estrategia “win-win” o de beneficio mutuo.

Mirar en el interior de tu compañía.

Analicemos las fortalezas que existen en nuestra organización e identifiquemos las capacidades de las personas que puedan no manifestarse, de forma cotidiana, en el día a día.

¿Tenemos el conocimiento suficiente para llevarlo a cabo? Puede que nos llevemos una grata sorpresa compartiendo la futura estrategia de reinvención con nuestro equipo, y descubramos que no tenemos que ir a buscar fuera ciertos conocimientos y habilidades indispensables para el cambio.

Imaginemos, además, unir esto con la posibilidad de conseguir que nuestro equipo recupere la ilusión de empezar un nuevo proyecto. Esto va a ser determinante en el éxito de nuestro liderazgo.

Una vez hayamos desarrollado las tres “recetas” anteriores ya podemos diseñar nuestro producto o servicio mínimo viable y salir al mercado. Experimentemos con él ante nuestros clientes actuales, preguntémosles que les parece y obtengamos una muestra mínima de datos de ventas con la que poder trabajar y extrapolar nuestro plan de negocio.

Finalmente conviene escribir el plan de negocio, ahora sí, como si empezáramos otra vez de cero. Pero hagámoslo una vez que hayamos salido al mercado y no antes. Muchas veces cometemos el error de crear un plan sin haber generado datos válidos que lo soporten. Elaborarlo para una reinvención empresarial sin datos reales, no solo no nos va a ayudar a conseguirlo, sino que conseguirá que malgastemos tiempo y dinero sin una estrategia realista que al menos amortice nuestra inversión.

La reinvención debe ser una práctica habitual: busquemos nuevos retos y aceptemos los desafíos. Hagamos como los niños y preguntemos lo que no sepamos. Estudiemos nuestro entorno y aceptemos nuestros errores pasados: así podremos afrontar el futuro.

 

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