María Rosa Rotondo. El lobby en España

Rosa Rotondo

María Rosa Rotondo es presidenta de APRI, la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales, y socia directora de Political Intelligence, agencia de Public Affairs.   También es presidenta de PACE, la Plataforma Europea de Asuntos Públicos, Public Affairs Community of Europe. Estudió Derecho en Madrid y es Máster en Derecho de la Unión Europea por la Universidad de Leiden, Holanda, lo que le abrió las puertas a trabajar en Bruselas. Interesada por la política y la tecnología, se especializó en Derecho de las Telecomunicaciones. Desarrolla su profesión en el ámbito de los asuntos públicos con un foco especial en la economía digital, combinado con otros temas. Comenzó de la mano de su socio, Javier Valiente en 2001, y manifiesta que esta práctica profesional le fascina.

Pregunta- ¿Cómo resume su trayectoria profesional y como llega al momento actual?

Respuesta- En estos años he tenido la oportunidad de hacer crecer una empresa que fue pionera en el ámbito de los asuntos públicos en nuestro país, expandirnos a otros países, como Portugal, y ayudar a crear esta profesión mediante el impulso de las asociaciones profesionales en España (desde 2007) y en Europa (desde 2011).

-Pregunta: ¿Cómo podemos definir la inteligencia política?

Respuesta- Diría que la inteligencia política es la capacidad de analizar y anticipar el entorno sobre el análisis del contexto político. Nuestros clientes nos demandan anticipar tendencias o desarrollos con el fin de poder prepararse y tomar las decisiones adecuadas, y de ahí el valor estratégico de nuestra función.

Pregunta- ¿En España estamos al nivel de países de nuestro entorno?

Respuesta- Como Presidenta de la asociación europea, la PACE tengo la suerte de tener una visión muy completa del estado de los asuntos públicos en otros países y puedo decir que en España está viviendo una expansión sin precedentes. Prueba de ello es el extraordinario crecimiento de un 200%  que ha experimentado la asociación representativa, APRI, en los últimos dos años. Aunque nos queda mucho recorrido, lo cierto es que España está poniéndose muy rápido al nivel de otros mercados más avanzados como el alemán, el francés o el inglés. Esto implica que cada vez hay más demanda de profesionales, éstos están mejor preparados, y las empresas y organizaciones apuestan definitivamente por incluir los asuntos públicos en sus estrategias corporativas.

Pregunta- ¿Qué pasos se dan desde empresas como la que representa para alcanzar el objetivo del cliente?

Respuesta- Lo que aún nos falta es situar esta función en lo más alto del organigrama de las empresas, dentro del comité de dirección y muy próxima a los órganos de decisión, para conseguir una total alineación con los objetivos de negocio. Esto es algo en lo que también estamos trabajando en Political Intelligence, junto con la mejora de los procesos de selección y captación de talento y la necesaria formación de los profesionales, ya que nos parecen fundamentales para que sector continúe la senda de consolidación.

En un entorno cada vez más complejo y sofisticado, aunque no parezca evidente, para alcanzar los objetivos de nuestros clientes el primer paso es el análisis exhaustivo del contexto y sus necesidades, sus fortalezas, debilidades y objetivos. Solo partiendo de un buen análisis se pueden dar los pasos adecuados para conseguir los objetivos. Los orígenes anglosajones de mi firma nos han enseñado además que no hay estrategia de asuntos públicos eficaz sin alinear los intereses corporativos con los generales y sin trabajar la legitimidad, que a la larga te da influencia.

Lo más importante es analizar situaciones, trabajar meticulosamente cada paso y evaluar las acciones cada cierto tiempo, para cerciorarnos de que obtenemos los resultados esperados.

Pregunta- ¿Hoy en día no se puede entender la vida económica, social o política sin la participación de empresas como Political Intelligence?

Respuesta- Ya me gustaría a mí decir que sí, que sin este tipo de empresas hoy en día no se puede entender la vida política, social o económica, pero sería pretencioso. Tenemos la suerte de vivir en un país muy plural donde existen amplios cauces de participación de la sociedad civil en los asuntos públicos. La ventaja que da contar con empresas como Political Intelligence es aprovechar milimétricamente cada oportunidad de una manera estructurada y muy estratégica. Esto a la larga redunda en una ventaja competitiva de nuestros clientes frente a otras empresas que no cuentan con servicios como los nuestros.

Pregunta- ¿Cómo se mide la influencia de las acciones de empresas como la que representa?

Respuesta- Definir cuál es la influencia de este tipo de empresas es una gran pregunta, a la que no hay una respuesta directa. Estamos hablando de que la influencia es un intangible y como tal, su medición resulta muy compleja. Sin embargo, nosotros en Political Intelligence tenemos esta inquietud de medir lo que hacemos y no caer en el conformismo de pensar que, como es difícil, no lo hago. Por ello nos hemos molestado en abordar este asunto junto con Corporate Excellence, un think-tank centrado en la medición de intangibles, y muchas de las empresas más importantes de nuestro país. Fruto de este esfuerzo es el primer y de momento único Informe sobre  valor de la medición en public affairs en España (2020) en el que el lector interesado en este asunto puede acceder una aproximación sobre esta cuestión.

Pregunta- ¿Las mujeres tienen una habilidad especial para este sector?

Respuesta- En general me gusta hacer afirmaciones respaldadas por evidencia científica, y en este caso que yo sepa no la hay para afirmar que las mujeres seamos mejores lobistas. Sin embargo, creo que sí se puede decir que las mujeres en general empatizamos más con los intereses contrarios, lo que ayuda a encontrar puntos de consenso, y somos capaces de tejer amplias redes de apoyo a las que acudir cuando lo necesitamos. Quizá pueda decirse que las mujeres por lo general elaboramos muy bien nuestros argumentos y nuestra forma de exponerlos, para que sean fácilmente aceptados por nuestros interlocutores. También quizá seamos más proclives a plantear consensos que benefician a la comunidad en general que a intereses particulares. Pero dicho esto, creo que no puede defenderse que tengamos una habilidad especial o diferente.

Lo que sí puedo decir es que en este sector existe una gran paridad real y representativa. Tanto en mi empresa como en las asociaciones que presido trato de garantizarla. En estos momentos, en la asociación española, por ejemplo, hay un 40% de mujeres, pero hay paridad en la Junta, y tanto la Presidencia como la Dirección General son ostentadas por mujeres.

 

 

 

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