Moisés Castro Oporto, lleva ya 28 años dedicado a la Arquitectura, y desde varias perspectivas, como profesional liberal y desde su condición de funcionario en la administración local, como arquitecto de visado del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria y estos últimos tres años como Decano de este mismo Colegio. Ha sido ahora reelegido para otro periodo y quiere compartir su visión de la profesión y el ejercicio de la Arquitectura en el espacio dedicado al Debate sobre el Estado de las profesiones en Influyentes.
¿Cómo está la profesión? En un momento de cambio y de desafío. La arquitectura tenía como profesión una renovación pendiente incluso antes del boom que precedió a la crisis. Esa renovación de modelo profesional, de organización, de representación profesional y en el control administrativo, quedó postergada y después hemos cabalgado la crisis financiera y esta última sanitaria mientras el modelo ha ido cambiando a duras penas.
Ese estado y ese cambio de la profesión tiene mucho que ver con el que se ha producido en lo que la ciudadanía espera de la Arquitectura y de los profesionales que nos dedicamos a ella.
La pandemia ha supuesto una revisión de los modelos de vivienda y ciudad, y de las necesidades y aspiraciones sociales a las que da respuesta la Arquitectura y el Urbanismo. Las tendencias que antes sólo se apuntaban resultan ahora más evidentes para una capa mucho más amplia de nuestra sociedad. El confinamiento ha hecho que todos reflexionemos más sobre el valor que tiene para nosotros la vivienda en que habitamos y los espacios urbanos, calles, plazas, edificios públicos y dotacionales en los que convivimos y se desarrolla la vida social.
La arquitectura refleja el modelo de sociedad, de convivencia y productivo de nuestro tiempo, y también anticipa, en los mejores casos, el del tiempo que puede venir.
Creo que esta reflexión ha ayudado a entender el valor de la Arquitectura, y de la Calidad del Entorno Construido, que es un factor de salud pública y progreso socia
Los profesionales de la arquitectura tienen ahora múltiples oportunidades de servir a las comunidades, a las administraciones y a los propietarios a establecer una adecuada estrategia de mantenimiento, mejora, evolución y transformación de las condiciones de sus edificios, que tienen una incidencia directa en la salud pública y de los propios ocupantes.
Las viviendas son un elemento de salud y bienestar público, la ciudad y el espacio público un factor fundamental de convivencia y bienestar social.
El parque edificado de España fue mayoritariamente construido en una época de menores medios y con apenas ningún requisito de aislamiento térmico y acústico, ni de accesibilidad. La mayoría de nuestros barrios colectivos está formada por viviendas en las que hay que intervenir con urgencia. Y esta intervención ha sido reconocida como uno de las líneas de acción del Plan de Recuperación económica porque es la reconversión necesaria para el gremio de la construcción y tiene un enorme potencial de creación de empleo y regeneración de España.
También es importante nuestro compromiso con la conservación de nuestro Patrimonio edificado y nuestra identidad, la recuperación de nuestros pueblos y de la Arquitectura de nuestros mayores, que fue expresión de su tiempo pero también es parte del espacio que nos toca vivir. La Arquitectura pertenece a muchas generaciones y forma parte de lo inmanente de nuestra sociedad.