Bananas desechadas que se convierten en saludables snacks

De los 150 mil millones de bananas producidas en el año, se desperdician 75 mil, el 50%, una cifra “impactante” que se reparte en un desperdicio de un 60% en la producción y el 40% en la distribución.  Por eso convertir las bananas estropeadas que han sido desechadas en los mercados en snacks saludables es el objetivo de Banabites, un proyecto liderado por alumnos de la Universidad de Navarra, que ofrece una solución al desperdicio de alimentos a través del suprarreciclaje (upcycle, en inglés), para fabricar nuevos materiales o productos de mayor calidad; mayor valor ecológico y económico; reduciendo emisiones de CO2 y aportando beneficios y oportunidades laborales. Banabites ha sido el proyecto ganador de la primera edición del Hult Prize On Campus que se ha celebrado recientemente en la Universidad de Navarra y en el que han participado otros 32 equipos integrados por estudiantes de distintas facultades. Los alumnos debían presentar sus propuestas bajo el lema ‘Un negocio audaz por un planeta mejor’. 

En el año 2019 Daniel Escobar y Carlos Macías, comenzaron a idear  Banabites con una misión concreta:  crear un irresistible snack de banana orgánica y, al mismo tiempo, ir eliminando el desperdicio de comida en las bananeras orgánicas en Ecuador. “La sostenibilidad es un enfoque tan importante para nosotros que nuestro objetivo es hacer lo que sea necesario para reducir el desperdicio de alimentos en tantas áreas como podamos”. Banabites tiene como misión crear valor a través del upcycling acompañado de valores como la responsabilidad social, solidaridad y liderazgo. Siempre bajo la perspectiva de llevar el concepto de “basura cero” al siguiente nivel.

Esta sostenibilidad se aplica desde el concepto hasta la fabricación y en un futuro plantean  cerrar el circuito de residuos de plátano creando un sistema que usaría las cáscaras de plátano que se secan, para luego ser prensadas en gránulos y ser usadas como fuente de energía para alimentar los hornos de deshidratación. 

Un tercio de los alimentos producidos se pierde o se desperdicia, en el caso de las frutas y de los vegetales se llevan el mayor porcentaje de desperdicio que cualquier otro alimento y en el caso de las bananas de los 150 mil millones producidas en el año, se desperdician 75 mil, el 50%, una cifra “impactante” que se reparte en un desperdicio de un 60% en la producción y el 40% en la distribución.

Con las bananas, estos porcentajes aumentan ya que en lo que se denomina “banana de rechazo” el desperdicio se da por la forma, tamaño o estética de la fruta. “Nosotros al deshidratar esta fruta desperdiciada creamos unos snacks dulces, saludables y auto sostenibles. La materia prima para este proyecto al principio no tendría ningún costo ya que básicamente estaríamos recogiendo la basura de las bananeras, pero a medida que vayamos produciendo a mayor escala iremos creando valor en ese espectro del mercado de bananas”. 

“Esencialmente- explica Carlos Macías- Banabites busca combatir todo el desperdicio de comida y recursos alimenticios a través del “upcycling”. A diferencia del reciclaje, upcycling toma un objeto que es considerado como basura o desperdicio y, en lugar de descomponerlo y extraer ingredientes primarios, este mantiene su forma o se convierte en algo mejor”. Con este proceso, no solo se impacta positivamente en el medio ambiente,  si no que se genera empleo e ingresos extra a bananeros locales.

Además, de evitar el desperdicio de bananas, Banabites pretende que los agricultores ecuatorianos de esta fruta sean orgánicos certificados por el USDA, tengan condiciones de trabajo justas y equitativas y el deseo de trabajar con la firma para acabar con el desperdicio de alimentos en la granja. 

Un impulso de 1 millón de dólares

El equipo Banabites podrá seleccionar el destino de la siguiente fase, los “Regionals Summits”, una prueba internacional que se celebra en primavera y donde participan más de 75 ciudades de todo el mundo entre las que destacan Bangkok, Londres, Dhaka, Kuala Lumpur, Naoribi, Boston, Ho Chi Mihn, Ankara o el Cairo, entre otras. Podrán optar a un premio de 1 millón de dólares para desarrollar su idea. 

El equipo de Banabites está formado por Carlos Alejandro Macías, de ADE; Andrea Giammattei, de Arquitectura; Eric Castro, de ADE y Economía; y José María Rodríguez, de ADE. “Es necesario que la industria de la alimentación se tome más en serio sus objetivos sostenibles, que incorpore nuevas tecnologías que reduzcan su impacto negativo en el medio ambiente y que generen un efecto positivo en la sociedad”, ha destacado Carlos Alejandro.

Después de esta edición, la Universidad de Navarra es la primera en España en participar en esta competición internacional. “Es nuestra oportunidad para mostrar al mundo que nuestra universidad está comprometida con la sostenibilidad, con generar un impacto en el mundo y en la sociedad”, ha comentado Gabriela Pajuelo, alumna de Relaciones Internacionales, que impulsó participar en esta iniciativa junto a un equipo de diez estudiantes.

Premios Hult

Con más de trece años de trayectoria, los “Premios Hult” se crearon gracias a la Hult Prize Foundation para jóvenes de Universidades de todo el mundo que quisieran resolver problemas sociales. Los premios, asociados a las Naciones Unidas y que reciben el apoyo de la Clinton Global Foundation, perteneciente al expresidente norteamericano Bill Clinton, están presentes en más de 121 países.

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