Durante un tiempo creímos que la soledad no deseada era un fenómeno social que afectaba a los mayores. Ahora sabemos que uno de cada cuatro jóvenes también admite padecerla. La empresa ha comenzado a identificar el impacto de la soledad en su actividad y a asumir un nuevo papel. Es un acto de responsabilidad social pero también una inversión en productividad. La soledad tiene un coste anual en España de 14.141 millones de euros, incluyendo los gastos sanitarios y las pérdidas de productividad, según el estudio de SoledadES ‘El coste de la soledad no deseada en España’.
El impacto económico de la soledad no deseada en el ámbito laboral incluye costes indirectos, principalmente asociados a pérdidas de productividad vinculadas a patologías y muertes prematuras. Según datos del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), las pérdidas de producción no relacionadas con la mortalidad, como la disminución del tiempo de trabajo debido al incremento del empleo parcial frente al empleo a tiempo completo, ascienden a 7.848,4 millones de euros anuales. Además, las pérdidas de producción derivadas de muertes prematuras alcanzaron en 2019 un total de 848 casos (511 hombres y 337 mujeres), lo que supone 6.707 años potenciales de vida productiva perdidos y un coste estimado de más de 191,2 millones de euros en productividad.
Los datos asustan, pero asustarse no cambia nada.
¿Qué hacemos ahora?
Las empresas pueden tomar medidas para reducir la soledad no deseada, tanto en el lugar de trabajo como en contextos híbridos o remotos.
CEOE y Fundación ONCE proponen apostar por la creación de entornos laborales que fomenten la detección de casos, implementando programas de bienestar y mejorando la cultura organizacional.
Por su parte, la Obra Social Sant Joan de Déu, a través de la campaña Soledad no deseada en el ámbito laboral, ofrece 10 recomendaciones dirigidas a directivos y mandos intermedios para prevenir la soledad no deseada en el trabajo, ayudando así a evitar consecuencias más graves. Entre ellas:
1. Construir confianza para generar seguridad: las personas necesitan entornos seguros para dar lo máximo de sí mismas. Sin duda, en estos espacios es menos probable que proliferen los casos de soledad no deseada y es más sencillo prevenirlos.
2. Construir cooperación para generar posibilidades: los proyectos se desarrollan con más valor e innovación al aportar más puntos de vista. La cooperación impone, además, la necesidad de interacción y esta limita mucho la posibilidad de sentimientos de soledad no deseada.
3. No esperar a que el problema se manifieste para tomar medidas: implementar determinadas medidas de evaluación, establecer comunicación continua con los miembros del equipo, fomentar conversaciones informales y pedir la colaboración de todo el personal.
4. Dedicar tiempo a los encuentros individuales: una forma de detectar y prevenir de manera anticipada la soledad no deseada es programar reuniones individuales con el mayor número posible de miembros de la organización.
5.Reconocer y hacer visible la contribución de cada persona: tanto en reuniones individuales como colectivas, es esencial ofrecer feedback. No hay que dudar en reconocer los éxitos, incluso en comunicar noticias negativas, ya que la mayoría de los trabajadores valorarán que se aprecie su esfuerzo, aunque haya aspectos a mejorar. Además, al hacer visible y reconocer la contribución de cada miembro, se favorece la confianza y la seguridad dentro del equipo.
6. Mostrar tu vulnerabilidad: el hecho de que el líder se muestre vulnerable cuando es necesario fomenta la confianza, lo que permite que las personas también compartan sus dificultades, incluyendo la sensación de soledad no deseada, con más facilidad.
7. Considerar el error como una parte esencial del aprendizaje: en las empresas donde la confianza es predominante, los errores son aceptados, discutidos y analizados para descubrir nuevas maneras de mejorar. Además, esta dinámica ayuda a prevenir el aislamiento.
8. Facilitar que las personas compartan sus historias de éxito y fracaso: cuando la organización crea espacios y ocasiones para compartir estas narraciones, los miembros se sienten más seguros para participar, contribuir y ser valorados.
9. Medir, escuchar y tomar decisiones sobre la soledad no deseada: es aconsejable llevar a cabo encuestas para recoger la opinión de las personas dentro de las organizaciones, definir objetivos, asignar recursos y evaluar la eficacia de estas acciones.
10. Ser un referente de la acción: la voluntad para combatir y prevenir la soledad no deseada debe ir más allá de las palabras, los discursos y las buenas intenciones.