Un salvavidas profesional llamado networking: cómo trabajar tu red de contactos

Javier Peláez Guerrero es experto en talento y desarrollo humano, conferenciante y docente universitario.
Después de todos estos meses hablando de talento, de políticas de atracción y fidelización de profesionales, de employer branding y demás temas, sin duda, apasionantes y de un impacto considerable en el ámbito laboral, hoy toca abordar uno de los factores clave de la empleabilidad de todos nosotros.
Esta semana he decidido dedicar mi artículo a la red de contactos y a todas las formas de colaborar y cocrear alternativas de futuro con ellos y gracias a ellos. Se trata de uno de los factores clave y estratégicos que nos permitirá salir a flote cuando el barco se esté hundiendo, y el frío del desempleo nos saque del mercado.

Mi propia supervivencia
Muchas veces me pongo a pensar que habría sucedido en mi vida si no hubiera sido por la importante red de contactos de toda condición que durante muchos años he sido capaz de desarrollar, de mimar, de cuidar… dándole todo cariño y dedicación.
En cualquier ambito, la red de contactos y las diferentes formas de colaboración se han convertido en un imprescindible si pretendemos aumentar nuestra empleabilidad o buscamos expandir  nuestra cartera de clientes o colaboradores de todo tipo.
Toca poner en valor estas estrategias necesarias que ya plasmé en mi libro «Manual de Supervivencia» hablando del laberinto laboral hace ya ocho años – como pasa el tiempo – en donde ponía de manifiesto la importancia que para mi había significado desde siempre cultivar contactos de calidad, y en él contaba los proyectos y negocios que fui capaz de lograr, las nuevas metas profesionales que he podido alcanzar – y en estos años desde 2015, muchos más si cabe – y lo enriquecedor que supone rodearse presencial o virtualmente de personas interesantes con las que he tenido el privilegio de rodearme en esta vida.
Porque de esto va el mercado laboral y las relaciones en esta nueva era caótica y tensionada que nos ha tocado vivir: de colaborar, de apoyar, de ayudar. El denominado «win to win», que ya desde hace años nos han venido concienciando desde todos los frentes de las ventajas de cultivarlo, se ha convertido en un dogma de fe para muchas personas que intentamos trabajarlo a diario.
Porque hemos creido con fé ciega, y los resultados han ido llegando en forma de solidaridad, de nuevos proyectos, o de satisfacción por el mero hecho de ayudar al prójimo sin más esfuerzo que compartir sus noticias en una red social, darle un like a sus post, ayudarle a realizar un curriculum o un Plan de Negocio empresarial mientras el traqueteo de un vagón de metro me acompañaba.
Al final, ha tenido una enorme recompensa.
La superación de la Teoría de los Seis Grados
Más allá de opiniones y meras interpretaciones «bien intencionadas» que muchos de vosotros podréis sentenciar con mis afirmaciones, hay teorías que desde hace años avalan lo grandioso del impacto de cosechar un networking de calidad.
Desde la Universidad de Massachussets y de la mano de sociólogos y expertos reputados, ya se acuñó hace años la famosa «Teoría de los Seis Grados», que demuestra sin lugar a dudas que mis comentarios y afirmaciones son ciertas.Esta teoría afirma, basada en planteamientos empíricos, que si cuidamos una red de contactos de alto valor con coherencia y estrategia, podremos llegar a conocer a cualquir persona en solo una red de seis personas. Algo impresionante habida cuenta de las posibilidades de toda índole que esto nos permite.
La teoría no se centra solo en un ámbito online y recurrente al que seguro nuestra mente acude rauda y veloz: las redes sociales con nuestro Linkedin liderando esta esencial herramienta. Porque tengamos en cuenta que esta teoría se acuñó en una época en la que el social recruiting y los bailes de tik tok aun no existían.
Por ello, no solo podremos hacer contactos y deberemos hacerlos en un plano online, sino que tampoco debemos despreciar un plano mucho más convencional, como las reuniones de trabajo, los eventos, congresos, seminarios o asociaciones de toda condición. Los eventos offline que desde la pandemia han regresado con fuerza – Dios los tenga en su gloria – se convierten en escenarios propicios para construir esta ansiada red de contactos.
Pero fijaos si la teoría ha tenido un reconocimiento y acreditación absoluto, que además desde hace a penas unos años ya se viene hablando de una nueva teoría que supera la sempiterna comentada. Y es que desde la Universidad de Taipei (Taiwan) expertos de reconocido prestigio ya han demostrado, gracias a su nuevo y revolucionario planteamiento, que en nuestros tiempos modernos, de tecnologías y redes sociales, con tan solo tres grados de contactos globales nos permitirá conseguir los objetivos planteados, con independiencia de la ubicación geográfica que tengan los interesados.
¿No os parece increible? Desde luego, entramos en una nueva era colmada de oportunidades como nunca jamas la humanidad ha visto, y no hablo solo de inteligencia artificial ni de chat GPT.
En nuestras manos estará trabajarla en nuestro beneficio.
Las mil y una formas de colaboración empresarial
Desde hace ya varios años los espacios de coworking forman parte del ecosistema emprendedor, y de la denominada «Gig Economy», este nuevo entorno profesional y laboral que ha venido para quedarse y que cada vez tiene más adeptos. Los «digital nomads» se cuentan por millones en todo el mundo, y por muchas cortapisas legales que desde los distintos estados se pretendan imponer por el miedo que esta revolución despierta en los Gobiernos, estas nuevas formas de trabajo se van a ir imponiendo en el panorama global, propiciado por una transformacion digital que permite a millones se personas trabajar desde cualquier parte del mundo con una conexion a internet decente y un portatil como herramienta.
Jaque mate a las relaciones laborales que hemos conocido hasta la fecha
En este nuevo entorno nacen nuevas formas de relacionarse y colaborar. Y cobra una importancia capital la red de contactos que cada uno pueda o sepa ir cosechando, y cuidando con el mimo necesario que nos permita tener unas relaciones de calidad para alcanzar metas que de otra forma seria imposible.
Las modalidades de búsqueda de financiacion como el crowdfounding, gracias a la cual muchas organizaciones han crecido y les ha permitido ser referentes mundiales, suponen otra forma más de colaboración, poniéndose a disposición de emprendedores y empresas plataformas digitales para las búsqueda de financiación privada, y como no, de nuevos inversores y socios.
El crowdsourcing, denostada por algunos por una supuesta explotación moderna de los trabajadores freelance, ha supuesto una nueva forma de colaboración mediante la cual, empresas de toda condición han buscado apoyo en el ecosistema freelance para encontrar soluciones en aspectos de branding, de desarrollo software, de diseño gráfico y un largo etcétera.
El boom de la colaboración ha llegado a tal nivel, que desde hace ya algunos años, y motivado por el excesivo coste de las viviendas, se han creado experiencias de viviendas compartidas por emprendedores al frente de startups, que conviven en el mismo espacio físico compartiendo no solo sus gastos – las nuevas generaciones ya no valoran como otras ese sentimiento de propiedad, ni la recurrente triada compuesta por casa, perro, coche – sino también, y esto es lo que realmente aporta valor, sus inquietudes sobre proyectos y negocios, que pueden trabajar con sus compañeros de comunidad o de piso.
Las experiencias coliving han venido para quedarse y en las principales ciudades del mundo se están convirtiendo en una tendencia cada vez más común.
Reflexiones finales 
En definitiva, ya sea en un ámbito laboral desde una perspectiva de empleabilidad, como en un entorno profesional, nos encontramos ante la piedra angular sobre la que se sustenta gran parte del exito de nuestras metas y objetivos futuros.
Y yo me pregunto ¿A cuántas personas habré ayudado? ¿Con cuántas personas habré colaborado? ¿Cuántos profesionales me han facilitado un nuevo proyecto, un nuevo aprendizaje?
No sé,  el número a estas alturas resulta incalculable. Pero a todos ellos GRACIAS.
Porque las relaciones personales y profesionales, la red de contactos y las nuevas formas de colaboración, suponen en nuestros días una obligacion que debemos de trabajar si queremos sobrevivir a este entorno caótico que nos ha tocado vivir… aunque solo sea por si se hunde el actual barco en el que estamos navegando en mitad de esta tormenta llamada globalidad.

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