Trabajar quema. Así lo señala el 53% de las empresas españolas que asegura que el riesgo de padecer el síndrome del “trabajador quemado” (burnout) ha crecido en el último año. El 57% reconoce además que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional y un 14% de ellas afirma que entre el 25% y 50% de sus empleados se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc
El tercer Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales que elabora The Adecco Group Institute y que analiza la salud mental en la empresa española ha dejado al descubierto la realidad que la digitalización oculta: el alto nivel de exposición de las ocupaciones a eso que se llama el componente emocional de las tareas. El 57% de las empresas encuestadas reconoce que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional, son aquellas que suponen el trato con personas, generalmente entre trabajador y un cliente, paciente, alumno, usuario, etc.
Otras de las variables que ha tenido un elevado impacto en el bienestar de organizaciones y personas en el último año es la incidencia de trastornos psicológicos. En el 49% de las empresas señalan que solo menos del 5% de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión o estrés postraumático. Aumentan las compañías cuyo porcentaje de trabajadores afectados se encuentra entre el 25% y 50% (+2 p.p. interanuales, 14%).
En cuanto a los factores que impactan negativamente en la salud mental de los empleados, el 59% de las compañías encuestadas señala que la presión de tiempo o sobrecarga de trabajo es el que más está influyendo, seguido del trato difícil con clientes, pacientes, alumnos, con un 36% y la mala comunicación o cooperación dentro de la organización, con un 31%.
También hay que señalar el componente personal en estos casos: más de la mitad de las empresas (54%) afirma que las bajas laborales por aspectos de la salud mental tienen que ver con aspectos y condiciones de la vida privada de las personas trabajadoras (-0,7 p.p. interanuales).
De este modo, el 53,4% de las empresas señala que el riesgo de padecer el síndrome del “trabajador quemado” (burnout) ha crecido en el último año. Sin embargo, este porcentaje era mayor un año atrás cuando lo consideraba así el 64,5% de las compañías (-11,1 p.p. interanuales) detectando un cambio de tendencia a la baja.
Igualmente, el 51,9% de las empresas considera que la «renuncia silenciosa» (quiet quitting) ha crecido en el último año, pero también se reduce el porcentaje de compañías que así lo cree (-7,3 p.p. interanuales). En este sentido, 1 de cada 4 empresas considera que la «renuncia silenciosa» estuvo relacionada en algún grado con la crisis de salud mental post pandémica.
Según el III Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales, casi 8 de cada 10 empresas (78%) piensan que las medidas de flexibilidad (tiempo parcial, jornada irregular, teletrabajo, etc.) no tienen por qué conllevar mayores riesgos psicosociales (-0,3 p.p. interanuales).
De hecho, el 69% asegura que la experiencia del nuevo teletrabajo post confinamiento por las personas trabajadoras ha sido muy satisfactoria desde el punto de vista de la salud mental
Asimismo, el 52% coincide con que aspectos como el tecnoestrés o la tecno-fatiga, entre otros, son ya factores de riesgo con impacto en su organización (-9,2 p.p. interanuales).
Acoso laboral y perspectiva de género
Sobre las situaciones de acoso psicológico, el 49% de las empresas consultadas por el III Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales afirma que la implantación de un protocolo de acoso moral ha mejorado la transparencia y sensibilidad de toda la organización en esta materia (+1,8 p.p. interanuales).
Además, 7 de cada 10 aseguran que la gestión de las situaciones de acoso laboral en las organizaciones en nuestro país necesita de un marco regulador (normativa) que de mayor seguridad jurídica (-5,3 p.p. interanual).
Entre los factores psicosociales que pueden afectar al bienestar emocional de los trabajadores no se puede dejar de lado la perspectiva de género.
El 62% de las empresas declara que determinados clichés y roles sociales incrementan la incidencia de determinados factores de riesgo psicosocial en el colectivo femenino y LGTBI (-0,2 p.p. interanual).
Asimismo, las metodologías de riesgo psicosocial no están preparadas para la gestión de los riesgos psicosociales con perspectiva de género: el 60% de las empresas así lo identifica (-2,2 p.p. interanuales).