En Cantabria hay, desde 2018, la primera barrera vegetal anticontaminación del mundo para el tratamiento de las aguas residuales de una piscifactoría de agua salada. Esta y otras tres ya implantadas son las primeras instalaciones de Phytobatea S.L., la spin off de la Asociación RIA, que ha nacido para dar una solución ecológica y sostenible al reto de la depuración de aguas residuales. Influyentes habla hoy con Diego Cicero Fernández, su CEO e inventor de la tecnología phytobatea, verde y sostenible, con la que se depuran las aguas residuales mediante cultivos vegetales flotantes.
La invención es fruto de un largo trabajo de investigación (casi una década) basado en plantas autóctonas y ya está patentada. Esto significa tener la exclusividad para la fabricación y comercialización de las instalaciones, impulsando el impacto positivo en la economía de Cantabria, donde se concentrará el proceso productivo. Además, la patente se podría alquilar o vender a otras empresas para que exploten la tecnología, una alternativa que el equipo de Phytobatea explorará en la fase de internacionalización.
P.- ¿Cómo nació la idea de crear lo que se denomina «Phytobatea»?
Toda invención nace del ingenio buscando dar respuesta a una necesidad, y la empresa Phytobatea S.L. ha nacido para dar una solución ecológica y sostenible al reto de la depuración de aguas residuales. Algo imprescindible dentro del actual contexto de emergencia climática, en el que urge preservar nuestro recurso más valioso, el agua, y hacerlo mediante tecnologías verdes.
La phytobatea es un dispositivo robusto y versátil desarrollado para facilitar la construcción y manejo de cultivos vegetales en flotación. Originalmente diseñada para abordar el reto del saneamiento en las pequeñas poblaciones del medio rural cántabro, la phytobatea ha ido evolucionando hasta convertirse en una tecnología de vanguardia cuyo diseño permite establecer cultivos vegetales flotantes en cualquier masa de agua natural, seminatural o artificial, abriendo un enorme espectro de ámbitos de aplicación.
P.- ¿Cómo ha sido el proceso de investigación hasta llegar a ser una realidad? ¿Qué perfil de profesionales ha participado en el proceso?
Lejos de la imagen estereotipada del inventor gritando “eureka”, una nueva tecnología es el resultado de un largo trabajo de investigación y desarrollo, cuyo propósito es generar una nueva solución que mejore la técnica y el conocimiento generado por los expertos en la materia a lo largo de la historia.
Detrás de la phytobatea hay casi una década de trabajo que hemos dedicado a investigar el potencial de varias especies de plantas autóctonas para depuración, a desarrollar la tecnología y a realizar los proyectos piloto para validar su eficacia. El trabajo, financiado principalmente por el Gobierno de Cantabria, ha sido liderado por el equipo científico de la Asociación RIA, el cual tengo el orgullo de dirigir, que está integrado por los expertos en fitorremediación Manuel Peña Fernández y José Antonio Expósito Camargo, y cuenta con el asesoramiento de nuestra investigadora senior, experta en biorremediación, nuevas tecnologías del agua, y Mujer del año 2022 de los Premios iAgua, Blanca Antízar Ladislao. También hemos contado en todo momento con la colaboración científica del CIMA, así como de profesionales de distintos sectores clave pertenecientes a empresas emblemáticas de la región, como los expertos en calderería y mecánica naval José Ramón Fernández Serrano (Cisternas Cobo) y Javier Castanedo Barquín (Náutica Parayas) dentro de la fase de diseño y fabricación de prototipos, y los prestigiosos profesionales de la ingeniería y la arquitectura Álvaro Budiño Carbonero (AC Proyectos) y Miriam García García (Land Lab, Laboratorio de Paisajes), en el diseño de los proyectos piloto.
P.- En materia de tratamiento y gestión de aguas residuales, ¿qué viene a aportar e innovar Phytobatea?
Las fitodepuradoras, también conocidas como sistemas de humedales, pertenecen a la familia de las soluciones basadas en la naturaleza. A diferencia de las depuradoras convencionales, no tienen consumo eléctrico, no requieren de la utilización de productos químicos, no generan ruidos ni malos olores, el riesgo de averías es prácticamente nulo y las necesidades de mantenimiento mínimas y sencillas. Son sistemas naturales que no generan emisiones, al contrario, son sumideros de CO2, y su integración paisajística es máxima. Su única desventaja es que requieren de una mayor superficie para su construcción que las depuradoras intensivas, y es justo ahí donde está el punto fuerte de la phytobatea. Su mayor eficiencia permite reducir esa superficie en un 50% con respecto a los sistemas extensivos más avanzados.
P.- ¿Hablando para inexpertos: cómo las plantas pueden purificar las aguas residuales? ¿Qué tipo de plantas utilizan?
Determinadas especies de plantas tienen la capacidad de atrapar y eliminar los contaminantes del medio en el que viven. Las plantas acuáticas como los juncos son especialmente interesantes para crear cultivos flotantes cuyas raíces funcionan como un filtro. Las plantas adaptadas a vivir en medio acuático son las únicas del reino vegetal capaces de tomar aire por las hojas y liberarlo por sus raíces, oxigenando el agua y creando las condiciones idóneas para el desarrollo de millones de microorganismos como bacterias y hongos. En colaboración con las propias plantas, estos son capaces de eliminar los contaminantes, básicamente, porque se alimentan de ellos. Es decir, la depuración tiene lugar gracias al trabajo en simbiosis de las plantas y los organismos asociados a sus raíces.
P.- ¿Cómo funciona una phytobatea? En qué tipo de lugares se pueden
instalar?
La phytobatea es un dispositivo flotante formado íntegramente por materiales de alta calidad de fabricación europea. Su eje estructural con forma de espina de pez es de poliéster reforzado con fibra de vidrio, un material tan duro como el acero, más resistente a la corrosión y mucho más ligero, diseñado para instalar cultivos vegetales de cualquier especie de planta en flotación y que estos duren más de 100 años.
Su sistema de flotadores superresistentes asegura la flotabilidad, el desarrollo de las raíces bajo el agua y de la parte aérea sobre la superficie. El último modelo que acabamos de sacar lleva pasarelas incorporadas, que hacen de la phytobatea el primer sistema de humedales flotantes transitable del mundo, permitiendo el acceso de operarios a cualquier punto del humedal para realizar las tareas de mantenimiento. Estas características permiten instalar la phytobatea en casi cualquier masa de agua, independientemente de su dimensión, profundidad o grado de contaminación.
P.- ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Qué componentes nocivos existentes en las aguas elimina y cómo renueva el agua esta tecnología?
La phytobatea funciona como un esqueleto sobre el que se desarrolla un organismo vivo formado por plantas y multitud de seres vivos que encuentran en estas islas vegetales su hábitat, así que su principal beneficio es que sirve para crear ecosistemas funcionales contribuyendo a la conservación de la biodiversidad. Estos sistemas son además sumideros de CO2 y eficientes filtros. En el tratamiento de aguas residuales urbanas y pluviales conseguimos rendimientos superiores al 90% en la reducción de sólidos en suspensión, turbidez, materia orgánica y bacterias fecales, y superiores al 50% en la reducción de nutrientes como el nitrógeno o el fósforo.
Además, los sistemas de humedales se encuentran entre las tecnologías más prometedoras para el tratamiento de otros tipos de aguas residuales como las originadas en la ganadería, agricultura, minería e industria, así como para el tratamiento de contaminantes emergentes como los microplásticos, fármacos y cosméticos, que las tecnologías convencionales no son capaces de eliminar.
P.- ¿Cómo ha sido el proceso de patentar esta tecnología?
Ha sido un proceso largo y costoso, que comenzó en el año 2016 con la solicitud de la patente española, y que ha culminado en marzo del año pasado 2022 con la concesión de la patente europea por la Oficina Europea de Patentes. Para ello, la phytobatea ha sido sometida a varios exámenes que han evaluado su novedad y actividad inventiva, confirmando que no existe ni ha existido una tecnología de características similares a nivel internacional. Para ello hemos tenido la fortuna de contar con la colaboración de los agentes europeos de patentes de Tribalyté Ideas, cuya ayuda en todo el proceso ha sido clave para contar con una patente muy robusta en términos de protección industrial.
P.- ¿Qué significa contar con una patente para una empresa como Phytobatea? ¿Es la base de su modelo de negocio, se trata de que otras empresas pagan por el uso de esta tecnología patentada?
Significa que nadie puede plagiar nuestra tecnología, lo que se traduce en protección y valor para el producto. También significa tener la exclusividad para fabricar y comercializar la phytobatea, lo que respalda nuestro propósito de que nuestra actividad tenga un impacto positivo en la economía de nuestra región, donde tenemos la intención de concentrar el proceso productivo y la formación de expertos en el diseño, instalación y mantenimiento de los sistemas basados en la phytobatea. Efectivamente, una patente se podría alquilar o incluso vender a otras empresas para que exploten la tecnología, una alternativa que exploraremos en el futuro, especialmente en la fase de internacionalización, como una estrategia clave para facilitar la introducción de la phytobatea en otros países.
P.- Desde que nació la empresa, ¿cuál ha sido su desarrollo? Cuántas personas trabajan en este proyecto?
Phytobatea S.L. acaba de nacer. Si bien fue constituida en junio de 2022 por el equipo científico desarrollador de la tecnología, José Antonio Expósito Camargo, Manuel Peña Fernández y Diego Cicero Fernández, aún nos encontramos inmersos en la fase de puesta en marcha, y afianzando relaciones estratégicas con empresas colaboradoras, proveedores y clientes.
P.- ¿Es una empresa rentable en este momento?
Como comentaba anteriormente, Phytobatea S.L. acaba de nacer como una spin off de la Asociación RIA en respuesta a la creciente demanda de nuestros servicios para el diseño y construcción de humedales flotantes, lo que ha propiciado que tengamos contratos de diseño y suministro de equipos nada más empezar, lo que esperamos contribuya a que la empresa sea rentable desde el primer año de funcionamiento.
Hemos tenido que afrontar una importante inversión inicial, especialmente dedicada a la optimización de la tecnología, prueba de prototipos y patentes, pero afortunadamente esta se ha visto parcialmente aliviada gracias al apoyo de la Oficina Española de Patentes y Marcas y a una ayuda de Sodercan para la puesta en marcha y escalado de empresas innovadoras de base tecnológica en Cantabria que se nos ha concedido hace escasos tres meses.
P.- ¿A cuánto puede ascender una instalación de estas características?
El coste depende de distintos factores como la dimensión de la instalación, la función que se espera que cumpla, la ubicación y características del emplazamiento, o el tipo de agua residual y caudal a tratar entre otras variables. Cada proyecto es diferente y requiere de un estudio y diseño específicos para que el funcionamiento de la instalación sea el esperado y esta se integre perfectamente en la ecología y paisaje del lugar, cuestiones muy importantes para nosotros.
P.-¿Se trata de una empresa enfocada a las administraciones
fundamentalmente?
No cabe duda de que las administraciones públicas competentes en materia de saneamiento y depuración de aguas residuales se encuentran entre los principales usuarios potenciales de la phytobatea. Sin embargo, esta es una solución de gran interés para muchas otras actividades, públicas o privadas, que requieren de la construcción de humedales para la depuración de aguas residuales, o de un soporte para el establecimiento de cultivos hidropónicos a gran escala o para construir hábitats flotantes con el objetivo de mejorar hábitats acuáticos y conservar la biodiversidad.
P.-¿En qué lugares se ha aplicado ya? Han venido a visitaros de otras ciudades o países con la intención de aplicar esta tecnología en su entorno?
En Cantabria ya hay cuatro instalaciones basadas en la phytobatea. Dos son fitodepuradoras de aguas residuales que dan servicio, respectivamente, a los núcleos rurales de Valdeprado y Rases, en la comarca de Liébana. En la ría de Tina Menor construimos en 2018 la primera barrera vegetal anticontaminación del mundo para el tratamiento de las aguas residuales de una piscifactoría de agua salada.
Y la última fitodepuradora se acaba de instalar en Merilla, en San Roque de Ríomiera, para dar servicio a La Lleldiría, una quesería artesanal con servicio de restauración abierta hace poco en una cabaña pasiega, en un lugar remoto sin acceso a saneamiento. La phytobatea se presentó públicamente en el Foro Tecnológico del Agua en diciembre de 2021, y ha sido protagonista en varios congresos científicos internacionales. Desde entonces el interés ha sido creciente, tanto a nivel nacional como internacional.
P.- ¿Dónde en Cantabria debería o podría aplicarse esta tecnología?
La frase más común que nos dicen las personas que visitan nuestras fitodepuradoras es: “debería de haber una de estas en cada pueblo”. Y es que, al igual que en el resto del país, más del 50% de los núcleos rurales no cuenta con sistemas de depuración adecuados y siguen vertiendo sus aguas residuales directamente al río. Además, la phytobatea se podría aplicar en muchos casos que por su ubicación remota tienen difícil conectarse a una red de saneamiento. Desde una vivienda unifamiliar a un hotel rural, pasando por actividades como la ganadera, la agrícola y la industrial. Otro ámbito clave es el más urbano, donde, por ejemplo, urge solucionar el problema de los vertidos de las grandes redes de saneamiento cuando rebosan en periodos de intensas lluvias.
También es preciso controlar la contaminación arrastrada por las aguas pluviales, así como implementar un tratamiento adicional al que se realiza en las grandes depuradoras convencionales para eliminar los microcontaminantes emergentes antes de su vertido final, algo que en breve va a ser de obligado cumplimiento según la nueva legislación europea en materia de aguas.
P.- ¿Cuáles son los proyectos más inmediatos? ¿Y a medio plazo?
El proyecto más inmediato es la fitodepuradora que va a dar servicio a San Juan de Plan, un pueblo de montaña enclavado en pleno Pirineo Aragonés, que en verano llega a alcanzar los 500 habitantes. Las obras han comenzado hace una semana con un presupuesto base de licitación de 261.377 euros, y concluirán a finales de verano, con la instalación de un humedal flotante de 600 metros cuadrados a base de plantas autóctonas que estamos produciendo a partir de semilla de especies silvestres recolectadas allí mismo. Además estamos trabajando en otros proyectos para pequeños ayuntamientos, en varias instalaciones de menor dimensión para casos como el de una cabaña pasiega, un caserío vasco y un alojamiento rural, y también en proyectos más ambiciosos, que aún no podemos desvelar, y que tienen que ver con dar un paso más allá en un enfoque de economía circular del agua, en el que además de depurar el agua residual mediante técnicas ecológicas nos concentraremos en implementar métodos para su reutilización, como el valioso recurso que es.