Nahia Nebra, experta en comunicación: “Las personas nos hemos convertido en marcas en el mundo digital”

Estamos rodeados de marcas, hasta las personas nos hemos convertido en nuestra propia marca, especialmente en el mundo digital. No siempre somos conscientes, pero nuestra presencia digital puede afectar en el desarrollo de nuestra carrera profesional. Según el estudio “Redes Sociales y Empleo”, elaborado por InfoJobs, el 55% de las empresas consulta las redes sociales de los candidatos antes de contratarlos. La experta en comunicación Nahia Nebra nos da unas pautas para ayudarnos a desarrollar nuestra marca personal.

Cuando hablamos de marca personal, desde la vertiente profesional, es básico primero plantearnos qué queremos conseguir de nuestra marca, fijarnos un objetivo. El objetivo puede ser hacernos visibles y demostrar nuestros talentos para atraer a posibles empleadores, si pretendemos trabajar por cuenta ajena, o a posibles clientes si optamos por apostar por el autoempleo.

Los contenidos de nuestra marca personal tienen que estar ligados, a ser posible, con el sector en el que queramos desarrollar nuestra carrera profesional. Especializarnos tiene diversas ventajas ya que, por una parte, tenemos conocimientos del tema y, por otra, al ser el segmento que hemos elegido, tenemos pasión por el mismo. Conocimientos y pasión son una buena combinación.

Si nuestra apuesta es compartir contenidos en redes sociales que sean de calidad y relevantes, esto es, que aportemos algo nuevo, original e interesante. Se trata de diferenciarse del resto, buscando nuestro propio nicho, bien por los temas que tratamos o por el tono en el que lo hacemos.

Si estamos en varias redes sociales es básica la concordancia entre los contenidos que publicamos: todos son parte de nuestra marca, aunque cada red social tenga su propio tono o tipo de contenido (unas están más especializadas en imágenes, otras en vídeo, en audio, en texto…). De nada sirve ser muy profesional y políticamente correcto en LinkedIn, si en Facebook compartimos contenidos inadecuados y entramos en debates sin sentido o con faltas de respeto. Todo ello deja huella digital que no nos beneficiará a medio o largo plazo. Recordemos que no es la primera vez que unos tuits publicados hace años perjudican a una figura pública.

Por ello, intentemos evitar las polémicas. No se trata de no opinar, pero sí de hacerlo con prudencia y sentido común y, sobre todo, siempre con educación y respeto al prójimo. Es importante plantearse si esa opinión nos va a ayudar o perjudicar en nuestro desempeño laboral.

En los últimos meses, he observado dos ejemplos de negocios cercanos que desarrollan con profesionalidad su actividad, de los que soy clienta y conozco a los propietarios, que se han visto envueltos en polémicas en Facebook por los contenidos publicados. En un caso por criticar a algunos clientes y enzarzarse en una discusión con ellos en los comentarios y en otro por criticar a su competencia acusándoles de plagio. No discuto que en ambos propietarios tuviesen razón, pero ¿qué han ganado con estas polémicas? ¿Han empeorado su imagen pública? No debemos olvidar que las redes sociales no son foro para unas quejas que es mejor hacer en privado a allegados o familiares.

Además, si decidimos tener presencia en redes sociales esta ha de tener una periodicidad mínima que nosotros mismos fijaremos. No estemos tres meses sin publicar ningún contenido y en un día compartamos tres actualizaciones. La clave para evitar caer en este error es calendarizar (semanalmente, mensualmente…) teniendo así definidos los contenidos que vamos a compartir en cada momento.

Por último, hay que recordar que las redes sociales son un espacio para interactuar. No sólo para lanzar nuestros mensajes. La comunicación tiene que fluir en dos sentidos: contestemos a los comentarios que nos hagan, agradeciéndolos cuando sea oportuno, y participemos en las publicaciones de otras personas que consideremos interesantes. Son un buen lugar para hacer networking.

Construir una marca personal es un proceso largo, que no se hace en un día. Requiere perseverancia y paciencia y a largo plazo llegarán los resultados.

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