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Maximiliana, el móvil fácil para los que nacieron sin él

Detrás de Maximiliana está Jorge Terreu y Maximiliana, es su abuela. Es un ejemplo de como la tecnología puede y debe desarrollarse para facilitar la vida de las personas sin dejar a nadie atrás: es el móvil fácil para que los que nacieron sin móvil. Hemos hablado con su fundador y hoy te lo contamos

Cuando Jorge se fue hace unos años a hacer su ERASMUS a Francia, “la única manera que tenía de hablar con mi abuela era a través de una llamada telefónica, y para mi eso no era suficiente, necesitaba verla. Así que decidí adaptar un móvil para que pudiéramos vernos sin que ella tuviera que tocar nada. Me parece una pasada que, gracias a lo que comenzó como un “apaño” para mi abuela, ahora mismo lo estén disfrutando tantas familias de España”.

Maximiliana surge en base a una experiencia personal, de observar y escuchar a los mayores.  “Supe que quería fundar Maximiliana cuando me di cuenta de que más personas estaban en la situación de mi abuela y quería que ellos pudieran disfrutar del móvil de la misma manera que ella lo hizo”.

El móvil Maximiliana está adaptado para que las personas mayores puedan recibir mensajes y videollamadas sin tener que tocarlo ni realizar nada. El teléfono funciona completamente solo. Cuando un familiar hace una videollamada, Maximiliana suena durante unos segundos y descuelga automáticamente. Igualmente, al despedir la conversación, el móvil se bloquea automáticamente.

El teléfono tiene localización GPS, altavoz, teleasistencia, lee en alto los mensajes y no permite que el usuario salga de la pantalla principal para evitar posibles problemas.

¿Qué hizo crucial la decisión de llevar adelante este proyecto?  “el cariño que obtuvo el producto cuando gente enferma de COVID del hospital tuvo la oportunidad de poder ver a sus familiares mientras estaban ingresados. Solo con escuchar las bonitas palabras que los familiares de los ingresados me transmitieron, e imaginármelos disfrutando de igual manera que lo hacía mi abuela, me llenó de una motivación increíble por conseguir que más personas pudieran tener la misma experiencia”.

Maximiliana ha llegado a un punto “que ninguno de nosotros esperábamos conseguir de forma tan temprana”. Más de 600 familias están disfrutando y viendo a sus mayores a diario gracias a este dispositivo, “en menos de un mes y medio hemos aumentado nuestro volumen de ventas en aproximadamente un 400%. Es una situación surrealista la que estamos viviendo y estamos muy orgullosos de lo que estamos aportando”.

Pero si las ventas son importantes, “por supuesto”, tanto o más son los mensajes que el equipo de Maximiliana recibe diariamente de sus clientes. Mensajes como: “mi madre está disfrutando como una chiquilla”, “muchas gracias por permitirme disfrutar de mi madre a diario” o, la más reciente de todas, y una de las más emotivas, de Irma Soriano: “hoy solo sobraban kilómetros entre las dos, porque el paseíto lo hemos dado juntas y charlando. Mira, tenemos el mismo cielo azul mamá”, son los que nos hacen darnos cuenta de que realmente estamos aportando nuestro granito de arena. Lo que para nosotros puede parecer insignificante, como una videollamada, para ellos es una maravilla poder disfrutar de esta manera de la tecnología”.

“Nunca me canso de decirlo -explica Jorge-  pero cada día que pasa, nuestros mayores son los que más lecciones nos dan. Nuestro equipo aporta a nuestros mayores lo que ellos quieren que aportemos. Sus palabras son órdenes para nosotros, si nos dicen que una funcionalidad se les hace difícil, hacemos todo lo posible por mejorarla y facilitarles el uso del dispositivo”.

Toda generación puede aportar algo a este mundo, “independientemente de la brecha generacional que puede haber entre nosotros. Hay que pararse y pensar que la población envejecida nos puede aportar una cosa muy valiosa: son gente honesta y humilde, que han sobrevivido a base de trabajo duro. La constancia ha sido un pilar fundamental en su vida, y pocas veces los vamos a escuchar quejarse”, señala Jorge quien considera que movimientos como ‘Soy mayor, no idiota’, liderada por el médico jubilado Carlos San Juan, que reclama la atención humana en los bancos y ha puesto el foco en un problema que afecta a muchos españoles, es la muestra de que debemos “utilizar la tecnología a nuestro favor, facilitando la vida no solo a aquellos que ya están familiarizados con ella, sino a toda la población, sobre todo a nuestros mayores”.  “El mundo avanza rápido, las mejoras tecnológicas se implementan con mucha rapidez, pero hay que buscar la fórmula para facilitarnos la vida sin dejar a nadie atrás”.

 

 

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