Influyentes Cantabria

Marisa Poncela, “Bondalti Torrelavega representa la vanguardia del sector”

Consejera no ejecutiva de Talgo, de Idom, de Laboratorios Salvat y de Amper, empresa de ingeniería tecnológica y de comunicaciones, conoce tan bien la empresa privada como la administración pública. Ha sido Secretaria General de Ciencia e Innovación, Secretaria de Estado de Comercio, presidenta del ICEX  y, hasta 2020, directora internacional de Renfe Operadora. Marisa Poncela es desde el pasado noviembre miembro del Consejo de Administración de Bondalti, que tiene una de sus plantas dentro del complejo de Solvay, en Cantabria.

Su construcción supuso una inversión de unos 60 millones de euros y actualmente genera 40 empleos directos y unos 150 indirectos, para producir cloro de acuerdo con la normativa medioambiental europea. “Creemos en el potencial de Cantabria, su gente y su capacidad de crecimiento socioeconómico”, asegura en esta entrevista para Influyentes Cantabria, en la que también subraya que “la planta de Torrelavega representa hoy la vanguardia en el sector en el que operamos”.

P.- ¿Qué impulso quiere dar a Bondalti desde su llegada al Consejo de Administración?

R.- Mi incorporación al consejo de esta empresa aporta diversidad de opinión y valoración de los temas que se tratan en este órgano de gobierno. Esta diversidad no solo tiene que ser de género sino también de talento, conocimientos, puntos de vista, y sensibilidades diferentes, tanto por mi origen como por mi trayectoria profesional en el mundo de la innovación tecnológica y de la internacionalización de la empresa.

Además, creo que mi pertenencia a otros consejos de administración de empresas de diferentes tamaños y sectores me permite tener una visión amplia y diversa de las necesidades que pueda tener la empresa en un momento determinado y aportar esa experiencia al consejo de Bondalti.

P.- ¿Cuál es su valoración sobre el potencial de Cantabria en investigación e innovación, y qué importancia tiene la planta de Bondalti en la región?

R.- La inversión que realizamos en 2019 en la fábrica de Torrelavega, que ascendió a 60 millones de euros, es una prueba de que creemos en el potencial de la región, su gente y su capacidad de crecimiento desde el punto de vista socioeconómico.

Con esta inversión, introdujimos la tecnología más avanzada disponible en la producción de cloro-álcali, la tecnología de membranas, que proporciona una mayor eficiencia energética y compatibilidad ambiental. La planta de Torrelavega representa hoy la vanguardia en el sector en el que operamos. Es decir, es importante que la región acoja a empresas punteras, orientadas al desarrollo sostenible de la Península Ibérica. Para Bondalti, Cantabria forma parte de esta hoja de ruta de crecimiento conjunto.

P.- ¿Puede ser Bondalti una empresa de referencia para España, en el ámbito de la investigación e innovación?

R.- Bondalti es un referente en materia de innovación, consciente de que ésta es un componente esencial del desarrollo sostenible y la competitividad. Por ello, ha continuado invirtiendo en actividades de I+D+i para crear una economía del conocimiento, basada en interfaces e interacciones e involucrando a la comunidad científica, universidades y colaboradores, que permita la circulación y transferencia de conocimiento relevante.

Un ejemplo de ello es la implementación de diversas soluciones, que conducirán a la neutralidad de carbono en las operaciones industriales, así como el desarrollo y participación en proyectos más disruptivos dado el perfil actual del negocio, una de ellas es su apuesta por incorporar una unidad de hidrógeno verde en el complejo industrial de Estarreja, para trabajar en economía circular y con eficiencia energética.

Solo en 2021, invertimos en torno a 2,7 millones de euros en I+D+I, de los que en torno al 54% correspondieron a actividades de Innovación y el resto a actividades de I+D. En estas actividades participó el 10% de los empleados de la empresa, dedicados a los 36 proyectos que se realizaron durante ese año.

Debido a la creciente vocación ibérica de la compañía, materializada en el fortalecimiento de su presencia en España, Bondalti formará parte del ecosistema de innovación del mercado español como un actor importante en este campo como ya lo es en el ecosistema portugués, desarrollando proyectos que tengan en cuenta su propia experiencia pero también el talento del conjunto del ecosistema ibérico.

P.- ¿Puede crearse un tándem España-Portugal en el ámbito de la innovación, o si ya existe, hasta dónde podría llegar?

R.- La empresa opera de manera integrada, independientemente de donde estén ubicadas sus diferentes unidades y donde esté ubicado su talento. Prueba de esta integración es la extensión, en 2022, de nuestro programa Colombo a los equipos de Bondalti Cantabria, involucrándolos también en el futuro de la compañía y trabajando conjuntamente los equipos de Portugal y España. El programa Colombo es una iniciativa que Bondalti lleva a cabo desde 2006 con sus empleados, con el objetivo de estimular la generación de ideas que promuevan la creación de valor. Desde el inicio, se han recibido casi 500 ideas y se han puesto en marcha unas 120, lo que supone unos ingresos de 1,7 millones de euros.

En Bondalti creemos que los productos químicos industriales y el tratamiento de aguas desempeñarán un papel clave en la transición climática hacia una economía cada vez más verde y circular. Conocemos muy bien el camino que pretendemos seguir, los nuevos negocios que queremos desarrollar y la forma en que queremos seguir impactando positivamente en la sociedad, allí donde estemos.

P.- ¿Cómo atraer inversiones de las grandes corporaciones mundiales para fomentar el ámbito de la investigación y la innovación?

R.- La crisis climática, la guerra de Ucrania y la pandemia del Covid-19 han acelerado el sentimiento de vulnerabilidad y con ello la necesidad de los gobiernos por desarrollar tecnología propia y europea que resuelva los problemas energéticos, medioambientales y sanitarios. Con este fin, se están poniendo fondos a disposición de las empresas que quieran trabajar por aportar soluciones a estos problemas, fondos nacionales de España y Portugal y fondos de la Unión Europea, tanto de su programa de I+D (Horizonte Europa) como de Next Generation. Bondalti es ya miembro de la comunidad empresarial y tecnológica de estos programas, habiendo conseguido financiación de Horizonte 2020, por ejemplo, para diferentes proyectos desarrollados hasta ahora, y aspira a aportar soluciones a algunos de los retos presentes y futuros mencionados.

P.- ¿Por qué nuestro país está habitualmente a la cola en inversión en este concepto, o ya hemos alcanzado un nivel aceptable? En este sentido, ¿qué resultado arroja una comparación con Portugal?

R.- Es cierto que tanto España como Portugal no forman parte de los países que más invierten en I+D+i. De acuerdo con el índice European Innovation Scoreboard, ambos países están considerados moderadamente innovadores pues su inversión en actividades de investigación y desarrollo alcanzan el 1,4% y del 1.7% del PIB respectivamente, cuando la media europea es del 2.1%.

La razón de esta baja inversión se debe fundamentalmente al encadenamiento de las dos últimas crisis, la financiera de 2008 y la de oferta de 2020, en las que hubo que restringir aquellas inversiones que no tuvieran un resultado positivo en el corto plazo, a diferencia de lo que hicieron otros países, fundamentalmente los escandinavos, que apostaron por aumentar su inversión en estos temas para buscar una solución a las crisis existentes. Sin embargo, en estos momentos, ambos países están haciendo importantes esfuerzos por recuperar los niveles pre-crisis con la ayuda de los fondos europeos, a fin de recuperar la tendencia inversora existente hasta 2008 y formar parte de los desarrollos tecnológicos de este siglo.

Queda, sin embargo, un largo camino por recorrer y unos retos cada vez más exigentes que los gobiernos y empresas de la península Ibérica no pueden obviar.

 P.- Usted ha podido conocer muchas áreas de la economía española a través de su extensa trayectoria, ¿cree que España ha mejorado en competitividad?

R.- Si nos fijamos en la evolución de la economía española desde que ésta entrara en la Unión Europea junto a Portugal en 1986, sin duda tanto un país como el otro han ganado en competitividad, pero qué duda hay que se han visto muy directamente afectadas por las últimas crisis mencionadas. La crisis financiera de 2008 obligó a las empresas españolas a realizar una fuerte devaluación interna que les ayudó a ganar en competitividad, aunque se han visto nuevamente afectadas por la crisis de 2020 de la que parece ya se están recuperando, según los indicadores avanzados. Así se puede vislumbrar en los índices de competitividad de las economías mundiales, en los que España ha mejorado su posición en el último año.

P.- Tras la pandemia mundial, ¿cuál debe ser la base para un nuevo modelo de crecimiento?

R.- Desde hace años, los diferentes gobiernos de este país han tenido claro, al menos a nivel teórico, que hay que cambiar el modelo productivo y de crecimiento de nuestra economía que hasta ahora se ha basado fundamentalmente en el sector turismo y construcción. Esto no quiere decir que nos olvidemos o denostemos lo hecho hasta ahora, que realmente ha sido increíble, pues ha permitido a España posicionarse en 30 años a un nivel económico similar a sus principales competidores y vecinos de la Unión Europea.

Sin embargo, el siglo XXI ha venido acompañado de importantes cambios de paradigma, fundamentalmente tecnológicos, que requieren de una apuesta clara por el talento, su formación y la tecnología como base de la competitividad futura, además de una mayor sensibilidad y preocupación por el medioambiente y la sostenibilidad del planeta. Esto significa prestar atención a que tanto el sector turístico como el de la construcción o cualquier otro de los sectores competitivos de nuestro país necesitan adaptarse a las exigencias y requerimientos tecnológicos actuales, pues esta revolución tecnológica no ha hecho más que empezar y se esperan importantes transformaciones a futuro.

P.- ¿Está preparado y decidido el sector empresarial privado para mejorar sus cifras en I+D+I?

R.- Considero que el sector empresarial privado, tanto el portugués como el español, es consciente de las transformaciones tecnológicas que están teniendo lugar, no solo en Inteligencia artificial, big data o digitalización en su conjunto, sino en otras muchas tecnologías que combinadas con estas están provocando transformaciones radicales tanto de modelos de negocio como de formas de producir. Por ello, son y deben ser grandes “aportadores” de inversiones en I+D junto con otros agentes del ecosistema, tales como: Estado, universidades y entidades privadas sin ánimo de lucro.

Los datos muestran que, en los últimos años, se ha producido un aumento continuo de este indicador, situándose en 2021 en torno a los 2.200 millones de euros en Portugal y los 9.700 millones de euros en España, lo que hace pensar que la tendencia seguirá siendo de crecimiento. Por supuesto, son cifras relevantes pero todavía escasas para el volumen de inversión que es necesario realizar de cara a conseguir un incremento de la productividad y rendimientos crecientes necesarios para garantizar un crecimiento económico estable y sostenido en el tiempo, además de ser necesario hacerlo mediante la interconexión entre empresas, universidades y comunidad científica.

P.- ¿Qué obstáculos hay que superar?

R.- La revolución de este siglo XXI, a pesar de ser una revolución tecnológica como lo fuera la de finales del siglo XIX y principios del XX, no sustituye las máquinas por las personas. Pese a los avances de la Inteligencia Artificial (AI) y otras tecnologías asimiladas, los algoritmos por sí solos aún están lejos de poder determinar el destino de las organizaciones. La tecnología por sí sola no crea ventajas competitivas, si no hay detrás talento suficiente que haga un uso estratégico de las mismas. Sin la gente correcta con las habilidades necesarias, la tecnología será una simple herramienta sin una dirección clara.

Por tanto, el talento es crítico para poder definir dentro de la empresa una hoja de ruta para la innovación y la transformación de la organización que posiblemente requiere de cambios significativos tanto estructurales como de procesos, pero también es crítico para definir una estrategia y tener capacidad de seguir el ritmo de los cambios tecnológicos cada vez más acelerados impulsados por las propias tecnologías, como por ejemplo, los avances en IA o la casi inminente computación cuántica. Es por ello que, encontrar el equipo con las habilidades necesarias o ser capaz de crearlo y dotarlo de ellas es el principal obstáculo con el que se encuentran hoy las empresas para afrontar los retos actuales.

Adicionalmente, todos estos cambios van a requerir de un volumen de inversiones tal que para acometerlos va a ser imprescindible que se aborden desde una colaboración público-privada sin la cual no se podrá alcanzar los rendimientos crecientes esperados por las nuevas tecnologías.

 P.- ¿Cuáles van a ser los retos tecnológicos del futuro? En este sentido, ¿qué proyectos destacados impulsa Bondalti?

R.- El avance tecnológico es una herramienta fundamental para que la compañía persiga lo que ha definido como su propósito: “contribuir a un mundo mejor creando una química innovadora y sostenible”. Esto significa, en la práctica, llevar a cabo una estrategia de desarrollo sostenible que permita generar un impacto positivo en la sociedad, asegurando el equilibrio entre el crecimiento económico y el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

La producción de hidrógeno verde, una solución energética ambientalmente responsable, es una de las vías de crecimiento de la Compañía. Tenemos un know-how avanzado aquí, tanto en Portugal como en España, fruto de nuestra experiencia en la electrólisis utilizada en la producción de cloro, y de la que uno de los productos que se originó es precisamente el hidrógeno.

La compañía está involucrada en dos grandes proyectos en el campo del hidrógeno verde. Uno en Estarreja, denominado H2 Enable, liderado por Bondalti y destinado a la descarbonización de sus operaciones y a la venta directa al mercado, al que se le otorgó el estatus de “Proyecto Importante de Interés Común Europeo” y cuya inversión esperada hasta 2026  será de alrededor de 142 millones de euros; y otro de gran envergadura en Sines, denominado GreenH2Atlantic, en el que participa Bondalti junto a otras 12 empresas, que fue uno de los proyectos seleccionados en el marco del European Green Deal.

También en el tratamiento de aguas, nuestras filiales -Enkrott y AEMA- son hoy referencias en su sector, desarrollando tecnologías de última generación que suponen enormes avances en esta área fundamental de la sostenibilidad.

La tecnología también será fundamental para acelerar nuestros compromisos en el ámbito de la transición energética, en el marco de nuestros objetivos de alcanzar la neutralidad en carbono en 2030 y la neutralidad climática en 2050.

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