Javier Peláez: Apocalipsis IA o como la Inteligencia Artificial acabará con nuestro trabajo… y otros mitos.

Javier Peláez Guerrero es Director de Talento, Comunicación interna y Desarrollo de Personas de Holding AXPE Consulting IT. Conferenciante y Docente Universitario. Hoy se pregunta ¿Acaso estamos antes nuestro propio exterminio como raza humana? ¿Nos estamos pegando un tiro en el pie?

Que no lo digo yo, ni todos estos gurúes que salen ahora en tromba pidiendo regular la entrada en el mercado de tal semejante amenaza para el ser humano. Últimamente veo a la gente muy nerviosa con este tema, y la verdad, me sorprende que justo ahora nos rasguemos las vestiduras cuando esto de la IA lleva ya años evolucionando a la velocidad de la luz.

Ya lo apuntaba uno de los genios que ha dado la humanidad en los últimos siglos. Cada vez que le preguntaban a Stephen Hawkings sobre la inteligencia artificial y sus derivados, todos estos “indeseables” avances tecnológicos, el reconocido científico siempre afirmaba lo mismo: «el desarrollo de una completa inteligencia artificial (IA) podría traducirse en el fin de la raza humana».

Y parece que lo decía en serio, lo cierto es que si esto mismo lo apunta mi vecino o una buena amiga, podría resultar algo temerario o incluso tremendista con cierto toque de humor, pero que una persona prestigiosa como esta lo afirme con rotundidad, ya empieza a provocar un ligero tembleque en las piernas.

Atendiendo a estas teorías catastrofistas, estamos de lleno es una especie de destino final abocados a un exterminio casi seguro, por culpa de nuestra maldita costumbre de querer innovar, cada vez más y más, de querer mejorar la vida de las personas, y optimizar procesos productivos en pos de la competitividad de nuestras empresas. En definitiva, querer avanzar como sociedad.

Y claro, ahora más que nunca viene a mi memoria la frase de Henry Ford cuando fue preguntado del porqué optó por innovar en su proceso productivo y no se dejó llevar por la mayoría de masa crítica de su época, afirmaba con rotundidad “Si hubiera preguntado a mis clientes qué es lo que necesitaban, me hubieran dicho que un caballo más rápido”. Pues eso, poco más que añadir.

Porque los peores pronósticos tremendistas en los cuales se apunta a una hecatombe laboral, con millones y millones de pérdidas de puestos de trabajo, en donde los hombres nos veremos superados en capacidad y rendimientos a las máquinas, e incluso, seremos absolutamente prescindibles, creo que tienen un recorrido bastante corto.

Como guion de película de sobremesa, puede servir de inspiración, no les digo que no. Pero por favor, exijamos seriedad.

Seamos sensatos y aterricemos este tema para poder tener una visión mucho más amplia y largoplacista que nos permita contemplar una realidad que ha venido para quedarse, y que nos obligará (nos está obligando desde hace tiempo) a adaptarnos de manera vertiginosa a estos nuevos tiempos.  Una nueva era ha comenzado, la 4.0 o 5.0 o ya me pierdo, pero sin duda, una nueva etapa que probablemente sea contemplada como la más transformadora y disruptiva que el ser humano ha vivido en toda su historia.

Y que hay del ChatGPT

Ya hace más de año y medio de la publicación de GPT-3. El interés que el modelo suscitó en junio de 2021 fue poco, en comparación con el de ChatGPT, su versión educada recientemente publicada por OpenAI.

Se empieza a hablar, como no, de despidos en masa, del final de Google y de una burbuja que empieza a desinflarse. No hagáis caso, esto siempre sucede con cada fase innovadora que la humanidad ha vivido.

Diseñada por Open AI en 2022, ChatGPT es uno de los sistemas de IA capaz de responder a cualquier petición que le solicites y de hacer otras muchas cosas si se las pides. A pesar de tener un recorrido realmente breve, ya que fue lanzado en el último trimestre del año pasado, ya ha protagonizado muchos titulares, y ha dejado a más de una persona sin palabras por la exactitud de sus respuestas.

Se trata de un modelo de lenguaje que ha sido preparado mediante técnicas de aprendizaje supervisadas y de refuerzo. Se trata de una inteligencia artificial entrenada para responder y mantener una conversación ya que es capaz de entender lo que cualquier persona le plantee y hacerlo de forma coherente. Toda una revolución, un ejemplo magistral del potencial de la IA y el aprendizaje automático.

Pero como sucede con la mayoría de inventos que vienen para intentar mejorar la vida de las personas, siempre tiene sus retractores, y muchos de ellos focalizan sus ataques en las amenazas que este tipo de herramientas inteligentes tienen para el trabajo de las personas y el futuro laboral. Pues bien, nuevamente os emplazo a analizarlo desde la tranquilidad y el sentido común.

Solo desde ese prisma, podremos observar el fenómeno correctamente, y lo visualizaremos como una nueva oportunidad para la humanidad, una más de las que el ser humano ha afrontado en los últimos siglos, para que profesiones que históricamente hemos venido haciendo las cosas de una determinada forma, nos obliguemos a adaptarnos y a utilizar este tipo de herramientas en nuestro propio beneficio.

Profesores, médicos, periodistas, entre otras muchas que le seguirán los pasos, tendremos sin duda que surfear esta ola que ya está aquí y aprovecharnos para ser mucho más productivos y eficientes. Porque la supuesta amenaza, podría convertirse en un nuevo reto que debe de mejorar nuestro nivel de desempeño en cada una de nuestras profesiones.

Y así, con todo

Hace varios meses comentaba en un foro de talento digital lo vertiginoso de los tiempos que corren, y citaba a mi adorable abuela. Esta mujer que nos dejó hace 15 años, y parece que fue ayer. La transformación que en este tiempo hemos vivido es de tal magnitud que jamás nunca pudiera haberse atisbado en aquella primera década incipiente del siglo XXI.

Si reflexionásemos por unos instantes, sobre todos los cambios, innovaciones o nuevos puestos de trabajo que se han generado en tal solo estos 15 años, nuestra cabeza podría volverse loca, no seríamos capaces de enumerar la ingente cantidad de aspectos que han cambiado y que apenas hace unos años no existían.

Hay quien apunta que vivimos demasiado deprisa. La velocidad a la que se suceden los acontecimientos es de tal magnitud que, por ejemplo, a nuestra inseparable televisión le costó más de 20 años lograr alcanzar los 50 millones de usuarios, cifra que alcanzaron en tan solo 2 años redes sociales como Facebook y Twitter.

De Tik Tok, mejor ni hablar, y es que parece un huracán que amenaza en batir todos los records habidos y por haber, si nuestros colegas americanos no lo impiden por aquello de los juegos geopolíticos y de seguridad nacional que se mueven en el tablero de las dos grandes potencias, EEUU y China, país de creación de la red de moda.

Bienvenidos a la nueva era

Pues bien, os diré lo que pienso. Después de oír a unos, y a otros, de leer a los expertos de los diferentes organismos internacionales, a los responsables de las principales consultoras mundiales, de escuchar a los padres tecnológicos de estas criaturas “espeluznantes” que amenazan nuestra existencia – esto es ironía – de analizar los informes de situación de los Gobiernos de nuestro entorno, creo que debemos de aplicar un sentido común y acompañar un poco de historia reciente.

Creo que todos estamos de acuerdo en que por el camino van a desaparecer millones de puestos de trabajo con un aporte de valor nulo o muy escaso. Trabajos repetitivos, que no requieran una presencia humana y todo lo que nosotros como especie podemos aportar, y que la máquina (hoy por hoy) no puede: sensibilidad, creatividad, compasión y empatía, sentimientos y valores con una vertiente humanística que aún hoy la inteligencia artificial está lejos de alcanzar.

Pero efectivamente, preparémonos para un nuevo escenario, un mercado de trabajo con puestos aun no creados ni siquiera imaginados – expertos éticos en IA, diseñadores de personalidad artificial, expertos en ciencia computacional, especialidades sanitarias tecnológicas y avanzadas, entre otras muchas – que aumentará en decenas de millones las posiciones que serán necesarias en muchos frentes, de toda índole, y que compensará con creces la amortización de puestos de trabajo esperados.

Instituciones prestigiosas como The Institue for the Future aseguran que el 85% de los puestos de trabajo que se esperan en 2030 aún no existen. Así que preparaos.

Enhorabuena

Como reflexión final, les comparto mi visión personal conformada en todo este tiempo. Estoy convencido que las ventajas que esta nueva era protagonizada por los nuevos avances tecnológicos y una inteligencia artificial cada ves más perfeccionada, traerán consigo muchas más ventajas que amenazas o inconvenientes.

Se agilizarán los plazos de producción en las industrias, dado que las máquinas pueden aprender experiencias, adaptarse y tener conductas similares a las que tendría un ser humano, a través de la capacidad de procesamiento ilimitada.

Se generarán nuevos puestos de trabajo y oportunidades para millones de personas en todo el mundo, si logramos democratizar los avances y hacerlos extensibles en todos los territorios, personas y regiones del mundo. Esa es otra.

Y sobre todo, nos permitirá diseñar una sociedad del futuro mucho más moderna e inteligente que nos debe de hacer reflexionar sobre nuestra propia capacidad de adaptación, para que esta nueva era que ya está aquí nos coja con la “tabla” bien  colocada en la cresta de la ola para ser capaces de surfearla con éxito, y convertir en una experiencia única esta nueva aventura histórica que nuestra generación ha tenido el privilegio de protagonizar como testigos de excepción.

Felicidades por ello.

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