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Porras La Casta: arquitectura cántabra para el Santiago Bernabéu y Plaza de España

Este verano, en Influyentes recuperamos algunas de las entrevistas más interesantes, de los artículos más relevantes y de los personajes más destacados que en estos ocho meses de andadura han pasado por nuestras secciones. En noviembre de 2020, te presentamos el estudio de arquitectura con firma cántabra que está transformado el corazón de Madrid desde  Plaza de España al Santiago Bernabéu. Para entrevistar a Fernando Porras-Isla, del estudio Porras La Casta, contamos con el Decano del Colegio de Arquitectos de Cantabria, Moisés Castro Oporto y el Vicedecano, Román San Emeterio. Recuerda que también puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de youtube.

Si Juan de Herrera dejó en Madrid el sello de la arquitectura cántabra firmando el puente de Segovia, el más antiguo de la capital que aún se conserva, el estudio del cántabro Fernando de Porras-Isla, y su socia Aránzazu La Casta transformaron uno de los espacios públicos más extensos de la ciudad, Madrid Río, y abordan ahora la remodelación del que es posiblemente uno de los puntos más transitados de Europa: la Plaza de España. Su proyecto Welcome Mother Nature aplica “un tratamiento reparador” a una ciudad que vive la transición hacia un nuevo concepto de espacios públicos o comerciales y que se prepara para una retirada paulatina del vehículo privado.

 INFLUYENTES.- El proyecto remodelación de la Plaza España se inició antes de la pandemia. Durante este tiempo se han evidenciado carencias y han surgido nuevas necesidades en las ciudades, ¿Sería diferente el abordaje de una de las zonas más transitadas del país si se hubiera iniciado ahora?

FERNANDO DE PORRAS-ISLA.- Yo creo que no, en su esencia. Es un proyecto que tiene el éxito garantizado porque aboga por la disminución del espacio para el vehículo privado y el aumento del espacio para el peatón. La pandemia ha supuesto grandes cambios en la forma de trabajar que tendrán repercusiones en el mercado inmobiliario cuando el espacio doméstico también puede ser espacio de relación profesional a través de las nuevas tecnologías. Se ha acortado la distancia entre personas a través de lo digital a la vez que se ha alejado en lo físico. Se ha generado una tremenda avidez de las personas por congregarse en el espacio público. Pensamos que el éxito del proyecto está garantizado, ya que la nueva plaza de España será un lugar para el encuentro, para la conciliación. El lugar que, entre otras cosas, permitirá que la gente se relacione, aunque los locales públicos estén clausurados por razones sanitarias…

 P.- La pandemia ha acelerado la transformación de los hábitos de compra. ¿Cómo responde a ello la arquitectura, el urbanismo?

R.- Estamos asistiendo como profesionales y observadores a una revolución que va a tener un reflejo pronto en la ciudad. Ahora ya nadie por debajo de 40 años quiere ir a un comercio a comprar. Las generaciones que han incorporado a su vida la cultura digital acuden a los espacios comerciales a disfrutar de experiencias, a probar sensaciones, porque para comprar disponen de plataformas digitales en las que adquirir lo que necesitan.

Estamos trabajando en la reforma del estadio Santiago Bernabéu y una de las mayores inversiones que contempla el proyecto es la tecnológica; por ejemplo, construyendo salas con eSports, para los aficionados, equipadas con potentes juegos digitales, en los que el público podrá practicar o competir con los avatares de sus jugadores favoritos. Los grandes operadores comerciales como Zara ofrecen en sus grandes tiendas lugares de prueba y experiencia, saben que los clientes comprarán después desde sus casas, decidiendo ante la pantalla del móvil o el ordenador.

También estamos preparando un proyecto del que no puedo aún contar mucho porque se trata de un concurso en marcha, pero que tiene mucho que ver con lo comercial y lo que nos han pedido es algo así como “invéntese cosas para que la gente venga a estar, no a comprar. A estar”. La decisión de comprar algo termina después, en la intimidad doméstica y en el silencio de cada hogar hiperconectado.

P.- Ante la proliferación de estos espacios público en los que vamos a estar tan solicitados, ¿vamos a tener que buscar lugares en los que seamos solo un ciudadano relajado?

R.- Ante esta pregunta pienso que estaría bien que hubiera espacios antiwifi en las ciudades. Lugares calmados en el que el aire corra de manera limpia, en el que se oigan los pájaros, las campanas de las iglesias, algo tan difícil a veces (en Santander todavía se escuchan…). Un espacio estancial que permita el sosiego es necesario y yo creo que nunca va a desaparecer.

P.- Aránzazu La Casta y Fernando de Porras-Isla os referís a Welcome Mother Nature, el proyecto de remodelación de la Plaza de España, como un “tratamiento reparador”. ¿Qué es realista esperar que la arquitectura pueda reparar en la situación económica y social actual?

Si todos los arquitectos y quienes trabajamos en el espacio público o la promoción privada ponemos por delante la preocupación por lo social, podemos llegar a construir una verdadera transformación de la realidad. El proyecto Plaza de España tiene como objetivo básico el de limpiar la atmósfera de este punto tan céntrico de la ciudad, pero no se puede decir que sea algo que hacen solo los arquitectos. Esto tiene que ver con la política ciudadana, una cadena que empieza desde arriba y actúa desde abajo. Los arquitectos somos un eslabón. Y tampoco de los más importantes.

P.- ¿Va necesitando ya Santander un proyecto reparador para un centro de la ciudad que se va viendo vacío de locales?

El centro de Santander es un centro difuso. Cualquier cambio profundo debería ir acompañado de una decisión política ambiciosa con amplitud de miras largoplacista. Pero también es necesario que la gente contribuya. Un posible ejercicio que creo pertinente sería negociar con la compleja topografía de Santander: un ejercicio conducido potentemente y con una firme decisión política global, no únicamente con puntuales remontes mecanizados como se ha hecho hasta ahora, sería muy interesante. Recuerdo ahora el proyecto del frente marítimo que salió a concurso y ha quedado abortado sin que sepamos por qué. Hubo un momento en el que se seleccionó un conjunto de equipos de muy buen nivel para abrir el puerto a la ciudad. Hace falta pensar en grande, una alta formación cultural de nuestros gobernantes, rodeados de asesores del máximo nivel a los que se una cohesionada sociedad civil, moderna y comprometida. Hablo de algo que parece un sueño.

P.- Los recursos disponibles también son importantes. Madrid crece y Santander puede ser el paradigma de las ciudades que decrecen. Gestionar el decrecimiento es complejo y los recursos de una gran ciudad no son los mismo que los de una pequeña.

R.- La ciudad de Orense no sé cuántos recursos tiene seguro que no demasiados, pero ha peatonalizado hace años su centro de una manera brutal con un magnifico resultado en lo que concierne a la calidad de vida de sus habitantes. Es muy importante que haya gente de alto nivel en los gobiernos locales, a través de los cuales la acción política que afecta a nuestro día a día es muy efectiva.

 

P.- Una de las banderas del proyecto de remodelación de la Plaza de España es la altísima participación ciudadana. ¿Cómo lo ha vivido el equipo redactor?

R.- A pesar de que las intenciones del proceso de participación eran muy buenas, mantengo una posición crítica porque lo he vivido de cerca. En Madrid se hizo una primera encuesta y se invitó a asociaciones a definir si era necesaria esta obra y qué debían tener en cuenta los participantes en el proyecto. Muchos colectivos se desmarcaron del proceso, poniendo por delante sus intereses respecto a los de la ciudad, de forma dramática, incomprensible para mí, lo que fue una gran pérdida. Así aquella primera encuesta quedó muy disminuida. A pesar de esto, se lanzó el proyecto y se dio mucha cobertura para que la gente, a través de internet, votara el mejor proyecto entre un total de 100. Para un ciudadano normal era una tarea demasiado difícil… a mí, que estaba concursando y que soy profesor, me llevó una semana revisar los proyectos. De estos 100 proyectos, se eligieron cinco ya con participación de un jurado técnico que fue el que seleccionó los dos finalistas. De entre ellos, la gente votó en urnas, por correo o por internet, ¡hubo más de 200.000 votos! Estoy seguro de que nosotros ganamos por una amplia mayoría porque teníamos más árboles y un video, que era obligatorio presentar, mejor pensado para la gente.

La participación ciudadana hay que articularla bien y hay para eso equipos profesionales que se dedican a ello. No se trata solamente de opinar emitiendo un voto más o menos informado.

P.- ¿Reconoces en WMN o en otros trabajos de vuestro estudio alguna referencia a Cantabria?

R.- Muchos de los dibujos de este proyecto están hechos en Santander. No es que yo haya encontrado esas referencias, es que esas referencias van conmigo.

P.- Cuándo cambie la movilidad basada en el vehículo privado ¿va a cambiar el modelo de ciudad? 

R.- Las ciudades están preparadas para que el automóvil se retraiga, porque sus trazados ya existían antes de la aparición del motor de explosión… Todos deberíamos tener en cuenta la idea de que podemos aún podemos salir andando de la ciudad (con Madrid Río ya es posible en la capital de España), de que la ciudad es un ámbito confortable pero que cualquier mamífero como nuestra especie tiene la capacidad y la fortuna de caminar, escapar, hacia el territorio no urbano. Caminar es un hecho cultural e intelectual que deberíamos cultivar cada vez más…

 

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