Influyentes Cantabria

Alfonso Tomé. Sobre la transformación, también digital

El consultor y startupper Alfonso Tomé nos lleva a una pregunta clave  referida a la transformación digital en este artículo. ¿Cómo llegamos a esta transformación sin que antes se produzcan  transformaciones a niveles más estratégicos en las empresas y negocios de un país, España, en el que 99,23% de las empresas no llega a la definición de mediana empresa?

Este mes de enero estoy teniendo la suerte de poder participar en un ciclo de píldoras de formación orientado al sector HORECA en Cantabria. Impulsado por el Ayuntamiento de Santander y canalizado a través de la Asociación de Hostelería de Cantabria.

Buscamos conocer, explicar y hacer accesibles las principales (y más básicas) herramientas digitales y de digitalización que puedan tener relevancia para el impulso del sector. Explicar cómo estas herramientas son capaces de automatizar procesos dentro de la empresa, que eliminen los llamados “ladrones de tiempo”; esa atención telefónica, el estar pendiente de cuadrar mesas, de las reservas y mil otras circunstancias que podéis imaginar en el mundo HORECA.

Conclusión, queremos que los empresarios de hostelería tengan más tiempo para pensar en su negocio realmente, quién es su mercado, dónde está, cómo llegar a él verdaderamente, dónde quiere que esté su negocio en 5 años, ¿franquiciar? estas y mil cosas más son las realmente importantes.

Todo esto dentro de la llamada “transformación digital” por llamarlo de alguna forma, ya que para que exista avance en el mundo digital, antes deben producirse transformaciones a niveles más estratégicos en las empresas y negocios.

La economía española la componen en su base no grandes empresas sino microempresas, aunque aquellas sí sean más visibles para la sociedad. De acuerdo con los cálculos del INE para 2020, el 99,23% de las empresas españolas no llegan ni a la definición de mediana (entre 50 y 249 empleados); y un 82,81% tienen a menos de tres personas en plantilla.

La economía del día a día es “Peluquería Mary”, o “Electricidad Gómez”. También el “Bar Pepe”, de toda la vida, puede o debe tener su acceso al mundo digital ¿Por qué no?

Esto último es lo que estamos viendo con los miembros de la Asociación de Hostelería durante estos días, como os decía antes.

El acceso es extremadamente básico, sirva como ejemplo que a finales del 2021, las dos primeras horas las dedicamos a “reputación y herramientas en Social Media”. Sobre esto, como descargo, y como les dije los asistentes al curso, no pretendo que fuera un tutorial de cómo abrir, o gestionar una página en Facebook, pues si alguien precisaba de ayuda técnica, por supuesto que se la brindaría pero fuera del contexto de la formación.

Lo que yo busco, mientras paso las diapositivas de la presentación y voy comentando según la estructura inicial de la formación, es que cada uno de los asistentes pensara en su negocio, desde fuera.

En el caso de estas primeras horas, como he contado más arriba, buscaba que se centraran en conocer más y mejor primero el tamaño de su mercado objetivo, y de ese trozo de la tarta qué parte era accesible para sus negocios; y segundo, que pensaran en cómo las herramientas y algunas técnicas que estábamos comentando, pueden acercar (en ocasiones aún más) a los negocios a posibles clientes y viceversa.

Ante esta coyuntura, se dan dos circunstancias; debido al pequeño tamaño de las empresas, como comentaba al principio, los propietarios de la mayoría de negocios del sector HORECA deben destinar la mayor parte de su tiempo a solucionar marrones: burocracia, proveedores, personal, cocina, cuentas…por lo que al final de su jornada, no tienen normalmente tiempo físico (ni ganas en ocasiones) para pensar en cuestiones estratégicas (cómo ampliar mi base de público objetivo, cómo fidelizar y retener al público que ya tengo, cómo mejorar el servicio que ofrezco, cómo aumentar el ticket medio de mi negocio…).

Diréis, y con razón, que existen negocios que sí llevan a cabo medidas en cuanto a estrategia, pero estaréis de acuerdo conmigo en que muchas veces hace falta lo que se denomina “continuidad” en el negocio, es decir, fijar una estrategia, con sus fases de revisión, pero no dejar de un día para otro de hacer lo que se estaba haciendo; y menos, sin motivo.

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