La startup IngeVital es un caso de ‘intra emprendimiento’ nacido desde una empresa, en este caso, dentro de Ingecom Sistemas. Parte de su negocio se centra en instalaciones con analíticas de vídeo avanzadas para seguridad, control de tráfico y automatizaciones. De ahí surgió el desarrollo de un software que gestiona radares inalámbricos para ayudar en el cuidado de mayores y dependientes. Estos dispositivos monitorizan de forma remota incidencias de salud y caídas. Son, por tanto, aliados de la prevención y de una rápida atención a las personas mayores. Una de sus ventajas es que no hay que llevar ningún complemento, como una pulsera o un medallón, y que los datos que obtiene de la persona no se almacenan en la nube, sino en una red local.
Laura Ibeas, apasionada por soluciones tecnológicas “que faciliten la vida”, ha centrado su trayectoria en la programación, sobre todo orientada a comunicaciones entre dispositivos, y es la CEO de esta joven y prometedora empresa para el cuidado de los mayores.
P.- ¿Por qué dedicarse a esta línea de producto tan concreta?
Una residencia de personas mayores nos pidió si podíamos detectar caídas con análisis de vídeo y después de investigarlo, vimos que el coste era muy elevado. A partir de ahí miramos otras opciones y encontramos que con los datos de los radares podíamos generar un software para detectar caídas y movimientos. Además, podemos tener datos estimativos de frecuencia cardíaca y respiratoria. Teniendo en cuenta que se trataba de una línea de negocio nueva, decidimos crear la startup separada de Ingecom.
P.- ¿Qué problemas veníais detectando y a los que este sistema da solución?
En las residencias existe poca monitorización de los residentes por la noche. En general, se hacen rondas para ir comprobando el estado de las personas, y teniendo en cuenta que cada vez hay menos sujeciones, un aviso rápido para ir a atender un incidente es muy útil. En domicilios, hay mucha gente mayor que vive sola y nosotros aportamos una monitorización nocturna sin invadir la privacidad y que avisa a los cuidadores o familiares de que hay un problema.
P.- ¿De qué elementos se componen estos radares, en qué consiste su tecnología?
Los radares analizan mediante efecto Doppler los micro movimientos del cuerpo, y de ahí se deducen los datos estimativos de frecuencia cardíaca, respiratoria, se posiciona a la persona en el espacio de la habitación y se pueden detectar caídas.
P.- ¿Es un sistema novedoso en nuestro país?
Existe algún sistema de detección de caídas basado en otro tipo de radares, pero no está nada extendido, y no conocemos ninguno que genere los datos de signos vitales.
P.- ¿Cómo se consigue que estos radares no sean considerados como elementos intrusivos en la vida cotidiana de los mayores?
Al no tener captación de imagen, solo sabemos que hay una persona, no podemos identificarla, ni conocer más que sus movimientos. Además no tienen que llevar nada encima, lo cual hace que se “olviden” y no lo vean como vigilancia.
P.- ¿Cúal ha sido la respuesta en las residencias de mayores ante la introducción de este sistema?
Como producto está siendo bien acogido, pues la utilidad se aprecia enseguida. Al ser un nuevo producto, siempre hay cierta reticencia de acometer una inversión de primeras, así que para salvar este escollo hemos comercializado un kit de prueba con el que pueden testear el sistema.
P.- ¿Qué respuesta está habiendo en la aplicación en domicilios particulares?
Actualmente estamos con el desarrollo de la aplicación para domicilios, aunque ya hemos tenido interés por parte de empresas que ofrecen servicios a mayores en domicilios. Esperamos hacer una prueba piloto de esta solución este verano en un domicilio.
P.- ¿Qué novedades ofrece frente a otros sistemas, como el de el «botón» en pulseras y medallones?
La gran novedad es que no lo tienen que llevar encima, por lo que evitamos el problema de no llevar el botón al levantarse de la cama, que es la zona con más incidentes registrados de caídas.
P.- ¿Qué operatividad presentan estos radares, debe haber una persona monitorizando de forma continua las variables que arrojen los radares?
No. En residencias nos integramos con el sistema de paciente – enfermera que tengan para gestionar las alarmas, y en domicilios las alarmas llegarán a una app.
P.- ¿Tenéis ya datos de cómo han resuelto situaciones complicadas?
De momento seguimos recogiendo datos para generar modelos.
P.- ¿Cómo evitar una posible fuga de datos biomédicos de las personas/ pacientes que usan estos radares?
En nuestra arquitectura, los datos siempre se quedan alojados en local, en la residencia o en el domicilio, no se mandan a una nube.
P.- Esta startup fue elegida el año pasado en la Silver Economy Call, ¿qué ha significado para la empresa este reconocimiento?
Nos ha dado mucha visibilidad en medios y en el entorno público. Esto nos ayuda a darnos a conocer y a conectar con nuestro mercado profesional.
P.- Hablando desde el punto de vista del negocio, ¿cuánto le puede costar a un particular?
Todavía estamos valorando las opciones de alquiler y compra a particulares.
P.- ¿Qué objetivos de comercialización os habéis planteado a corto y medio plazo?
El objetivo de este año es introducirnos en 10 residencias e ir doblando la presencia en las mismas durante los siguientes 3 años. En domicilios queremos llegar a acuerdos con empresas de cuidados para poder llegar a través de ellos. Estamos en estudio del alcance al que podemos aspirar.
P.- ¿Cómo habéis previsto introduciros en el mercado o, a día de hoy, en qué punto está este proceso?
Estamos en negociaciones con empresas ya consolidadas en el sector de residencias para que distribuyan nuestro sistema. Creemos que es la manera más rápida de poder introducirnos. En paralelo estamos haciendo un esfuerzo comercial tanto en residencias privadas como públicas y ya estamos haciendo avances en el País Vasco y Castilla y León.
P.- ¿Hay proyectos de internacionalización de Ingevital?
Para la internacionalización queremos ir de la mano con las distribuidoras ya mencionadas.