Jordi Garcia Brustenga es Director de Fomento del Ecosistema Emprendedor en ENISA, la Empresa Nacional de Innovación. Si eres emprendedor/a y su cargo no te dice nada, necesitas saber que es uno de los responsables de conceder el sello oficial de «innovadora» que va a permitir a una empresa emergente acogerse a los beneficios fiscales y sociales previstos en la nueva Ley de Startups. Hoy en Influyentes, explica como afecta a las nuevas empresas una regulación pionera en la UE.
P.- ¿Cómo viene a mejorar el sistema de start-ups la nueva ley?
Sin duda alguna, marca un antes y un después, no sólo en la historia de nuestro país, sino también en la de Europa, ya que esta Ley nos posiciona entre los pioneros del emprendimiento innovador en el mundo. No tenemos nada que envidiar a otros países, porque el rumbo que marca la Ley va a hacer brillar, evidentemente, algo que ya teníamos, el talento, que es la materia prima del emprendimiento.
La Ley de Startups era uno de los hitos previstos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España y la necesitábamos como país para alinearnos con los estándares europeos de excelencia del EU Startups Nations Standard (conjunto de prácticas diseñadas para fomentar el espíritu empresarial en la Unión Europea y fomentar la creación de nuevas empresas innovadoras, generando las condiciones para favorecer su escalabilidad), y más aún, convertirnos en referentes de los mismos.
La Ley completa un paquete regulatorio impulsado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital para mejorar el clima empresarial y la competitividad en nuestro país. Se suma así, a las ya aprobadas Ley Crea y Crece, para constitución de empresas, y a la también necesaria actualización de la Ley Concursal.
Pero en este caso, se trata, además, como acabo de comentar al principio, de una regulación pionera en la UE, al convertirnos en el primer país que dispone de una Ley específica para las startups.
P.- ¿Facilitará que el emprendimiento se consolide con más fuerza?
Creo que el mensaje de esta Ley es muy claro y es el de que existe una estrategia y la clara intención de ser un país capaz de emprender e inventar. Esta Ley aspira a responder a las necesidades de las empresas emergentes, clarificando la propia definición de lo que son, así como sumando un mecanismo de revisión continua y la creación del Foro Nacional de Empresas Emergentes, como espacio de encuentro entre el sector y las Administraciones Públicas.
También reforzamos la implicación del sector privado y la colaboración entre las Administraciones Públicas, las universidades, los organismos públicos de investigación y formación y centros tecnológicos, entre otros muchos agentes.
Bajando más al terreno práctico, la Ley tiene tres bloques fundamentales. Uno que tiene que ver con la simplificación de trámites administrativos; el segundo es el de incentivos fiscales y el tercero el de desarrollo y atracción del talento.
P.- ¿En qué consistirá la nueva certificación? ¿Qué requisitos establece para ser considerada una start-up?
La Ley designa a ENISA como el organismo encargado de esta tramitación. En primer lugar, una vez que la Ley esté activa, se podrá acceder al registro a través de nuestra web. De momento, lo que tenemos es un prerregistro de las mismas. Cuando la Orden Ministerial se publique, aplicaremos doce criterios de obligado cumplimiento en el análisis de cada empresa solicitante, de manera que, las start-ups que no los superen quedarán descartadas.
Analizaremos, por ejemplo, si la startup tiene menos de 5 o 7 años de existencia, en función del sector en el que opere; si ha facturado menos de 10 millones el último año; si tiene al menos un 60 % de la plantilla contratada en España o estar al día de las obligaciones fiscales.
Aparte de si cumple o no estas doce condiciones, hay luego otro bloque donde realmente se analiza el carácter innovador y escalable. Aquí entran otra serie de variables que hemos objetivado al máximo. Por ejemplo, a las empresas que cuentan ya con determinados apoyos, como pueden ser un enisa o un cdti o a las que tienen alguna patente se les presupone ya un carácter innovador.
P.- ¿Al tratarse de una ley viene acompañada de presupuesto para su aplicación?
La Ley de Startups es una ley de fomento al emprendimiento y de apoyo al nacimiento de empresas emergentes, que provee a ENISA de recursos suficientes para desarrollar las nuevas actividades que conlleva.
Conscientes de las incertidumbres actuales, nuestro país nunca ha tenido mejor horizonte regulatorio y capacidad de financiación pública para desarrollar el emprendimiento innovador. Por ello, quiero animar a todos los emprendedores y emprendedoras, así como a las inversoras e inversores privados, a que saquen todo el partido posible de estas condiciones, demostrando, ahora más que nunca, todo el talento que somos capaces de desarrollar en nuestro país. A sabiendas que el camino no ha hecho más que empezar, creo que no puede haber mejor horizonte que el de la innovación para marcarlo.
P.- ¿Cómo les afectará la Estrategia España Nación Emprendedora?
El modelo en el que se basa la marca es el del esfuerzo transformador del Gobierno y del ecosistema del emprendimiento innovador como uno de los motores relevantes de metamorfosis económica y social. Spain Up Nation, la marca inspirada por dicha estrategia, se inspira, tal y como explicamos en la presentación, en el emprendimiento del futuro que queremos.
La marca quiere contribuir al posicionamiento de España como país adecuado para invertir, emprender y trabajar. También, para mostrar con ejemplos en una perspectiva más interna, que somos un país emprendedor, como Israel, Francia o Reino Unido, donde se valoran las personas que optan por serlo, así como el impacto que genera tanto a nivel económico como a nivel de mejora de nuestra vida y de la sostenibilidad social y ambiental del planeta.
P.- ¿Está ayudando la Administración del Estado al ecosistema start-ups lo suficiente? ¿Podrán o están recibiendo ayudas europeas?
Creo que el esfuerzo realizado es más que patente. Nunca antes se ha dado un impulso al ecosistema tan grande como ahora. La política pública de estos últimos años se ha basado en la transición ecológica y la digitalización (invirtiendo en ella 20.000 millones de euros hasta 2025 a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España), una cifra que supone un hito no hecho antes al aumentar en un 30 % el volumen de recursos en este sentido.
En lo que se refiere a ENISA, las cifras históricas constatan nuestra utilidad en el emprendimiento innovador y tenemos la seguridad de que el número seguirá creciendo, al igual que nuestro empeño por mejorar la economía y, con ello, el bienestar de nuestra sociedad. Hemos invertido más de 1.260 millones de euros, contamos con más de 8.280 préstamos desembolsados y más de 7.200 empresas financiadas desde que ENISA iniciara la concesión de préstamos participativos hace poco más de veinte años. En 2022 aprobamos 642 operaciones por valor de 105,5 millones de euros, récord anual de inversión y aprobaciones.
Además, hemos ido creciendo, como si de una familia se tratase, en la oferta de líneas y de presupuesto. El ecosistema ya sabe si su proyecto es “enisable” y, por ello, se dirige a nuestra casa para optar a uno de nuestros cinco préstamos: Jóvenes Emprendedores, Emprendedores, Pyme, Emprendedoras Digitales y AgroInnpulso. A esta lista se acaba de sumar una sexta línea dedicada al sector Audiovisual e Industrias Culturales y Creativas. Por ello, este año contamos con un presupuesto de 138 millones de euros.
Hasta 2026 el reto es acelerar la digitalización de las empresas, con especial atención a pymes y start-ups, y crear las condiciones favorables para el surgimiento y maduración de empresas emergentes de base tecnológica. La transformación digital de los sectores estratégicos tiene el potencial de contribuir a la transición ecológica y generar un efecto tractor sobre el empleo, el crecimiento económico, la productividad y la innovación en el tejido empresarial y en la sociedad en su conjunto, favoreciendo la colaboración entre instituciones de distinta naturaleza y ámbito de actuación.
P.- ¿Cuál es el proceso por el que una de estas empresas puede acogerse a la financiación de ENISA?
El proceso es totalmente digital. Basta entrar en nuestra web y comenzar el proceso de envío de documentos solicitados para que nuestro equipo pueda valorar si es viable o no. Una vez comprobado todo y visto si cumple con todos los criterios, se firma notarialmente la cantidad del préstamo participativo. Sí que me gustaría explicar que los préstamos participativos de ENISA no diluyen el capital de la empresa financiada, tienen plazos de amortización y carencia más amplios, su remuneración está vinculada a la evolución económico-financiera de la empresa. Además, la financiación obtenida en cada caso refuerza el fondo de maniobra (activo circulante-pasivo circulante), mejora la estructura financiera y no exige avales ni garantías.
El tipo de interés se compone de dos tramos: un primer tramo (referenciado al Euríbor) y un segundo tramo que se determina en función de la rentabilidad financiera de la empresa, con un límite máximo establecido de acuerdo con el rating de la operación. Los gastos financieros (intereses y comisiones de apertura y cancelación, en su caso) son fiscalmente deducibles de la base imponible del Impuesto sobre Sociedades.
P.- ¿Quedan vinculadas de alguna forma a la entidad una vez son acogidas en sus procesos?
Efectivamente y por el tipo de préstamo participativo la empresa y ENISA quedan ligados hasta la devolución del importe.
P.- ¿Qué entendemos hoy en día por innovación aplicada al ecosistema del emprendimiento? ¿Es condición sine qua non para recibir apoyos de instituciones y entidades?
La innovación, marcada actualmente por la última etapa de la revolución digital y ecológica, supone hacer algo nuevo en tu sector y/o territorio. En ENISA, no sólo valoramos la innovación de base tecnológica, la I+D, ni tampoco sólo la innovación que está protegida por patentes u otros instrumentos de propiedad intelectual, sino que también valoramos como innovación la que proviene del uso de tecnologías de otros aplicada a nuevos procesos, modelos de negocio o productos y servicios.
Entendemos que los proyectos emprendedores sólo pueden generar competitividad si aportan, en mayor o menor grado, algún tipo de estas innovaciones.
P.- ¿Qué habilidades debe tener hoy en día quien emprende?
Aparte de su apuesta por la innovación, comentada en la pregunta anterior, es imprescindible que quien emprenda tenga visión y capacidad de escalar su modelo de negocio. Un buen emprendedor o emprendedora es quien sabe sumar, con un buen equipo y socios, identificando las oportunidades de un mercado creciente y aprovechando los recursos disponibles en su ecosistema.
Finalmente, ya no basta con crear un negocio o tener una buena idea, sino que, la misma debe ser capaz de satisfacer los retos sociales y sostenibles que tanto necesitamos cubrir, para que el mundo genere economía, pero también para dar respuesta a todos los retos y brechas a las que se enfrenta el mundo.